Se trata de un documento que reúne seis aportaciones muy serias sobre la situación y perspectivas de nuestra economía. Es ya visible en la de Juergen Donges, con, por ejemplo, avisos como éste: «España y los demás paises con programas de rescate se han comprometido ante la Comisión Europa a reconducir gradualmente el déficit público hacia la norma del 3 por ciento del PIB y a invertir la trayectoria alcista de la cuota de la deuda pública que en Esparia se está acercando al 100 por cien», y no «debe descartar la necesidad de nuevos recortes en el gasto (preferentemente en el no productivo) y de otras subidas de impuestos (los indirectos, IVA incluido). Comisión Europea… considera que España podría incumplir el objetivo de déficit pactado si no refuerza las medidas de ajuste fiscal. Cuanto más se reduzca el déficit, más baja será la prima de riesgo… Como con ello disminuye la rentabilidad de los bonos estatales, los bancos tienen un incentivo para cambiar el modelo de negocio y reactivar el crédito a empresas y hogares’.
Javier Santacruz, desde la Universidad de Essex, advierte que «en pleno debate sobre si las Administraciones Públicas cumplirán o no el objetivo de déficit, es más que plausible un incumplimiento». Y sin embargo «la reducción del déficit público es, en si misma, una necesidad», porque la Deuda sigue ejerciendo un efecto de expulsión sobre la financiación al sector privado. Además, esta Deuda crece de forma explosiva… Con el actual plan de consolidación fiscal, la Deuda Pública seguirá creciendo de forma exponencial, ralentizando su crecimiento en el segundo trimestre de 2014″.
Julio Pomés señala que además de la reforma laboral es preciso abordar «el coste de la Seguridad Social» que está entre los más elevados de la OCDE; que «las empresas sufren los terceros costes energéticos más elevados de la UE, por detrás de Malta y Chipre»; que «una pequeña empresa española paga el doble que sus competidoras alemanas por un crédito bancario»; de acuerdo con Fabián Márquez, que «el Estado soporta el coste de todo el sistema y carga las pérdidas de unas infraestructuras sobre las demás,lo que se traduce en tarifas más altas que desincentivan la exportación»; que está aun por ver el efecto de la Ley de unidad de Mercado, por que hasta ahora ciertas regiones exigen la apertura de una sede para operar con ellas, o bien la existencia de ciertos técnicos para ocuparse de áreas que no son nucleares para su actividad». Y más adelante señala que la economía española» parece enfrentarse.., a un trilema. Existen tres opciones en principio deseables de las que sólo dos son compatibles entre sí: la reducción del déficit, el mantenimiento del gasto y la prometida rebaja de impuestos».
Finalmente, destaca que «la crisis ha sido devastadora para la economía española», «tiene un grave impacto social», y es escéptico en cuanto a la competitividad futura de la economia, porque por la presión de Alemania se puede» vaticinar un escenario de baja inflación o deflación que mejorará la competitividad española, pero en un contexto de credit crunch escasez credificia permanente, ya que el mercado financiero europeo está totalmente fragmentado y no habrá transmisión del crédito del BCE a la periferia en años». Y a continuación exhibe lo que Fuentes Quintana llamaba la ley de la Naturaleza presente en nuestra balanza comercial: «La mejoría de la balanza comercial española se ha debido en parte a la mejoría de la competitividad, pero también al desplome del consumo privado. Hay consenso en que una parte del cambio es estructural, pero no todo. A medida que la recuperación vaya ganando impulso paulatinamente, esa mejoría irá reduciéndose..La cuestión está en mejorar la competitividad por medio de reformas estructurales.., que políticamente no son rentables, ya que en el corto plazo sólo traerán problemas y, cuando rindan frutos, ya habrán pasado las próximas elecciones».
Todo esto indica la necesidad de un radical abandono de un debilitamiento electoral del Gobierno. El caos surgiría de modo obligado.
