Señores Sánchez e Iglesias: la subida de impuestos no será solo para los ricos
27 de diciembre de 2020

En las últimas semanas se ha hablado mucho sobre la necesidad de incrementar los impuestos para hacer frente a la abultada factura que ha dejado la pandemia en la economía española. Hasta el momento, el Gobierno de España únicamente ha hecho referencia a una subida de impuestos plenamente enfocada en las elevadas rentas que posee el país, así como a los grandes patrimonios.

Sin embargo, poco se ha hablado de números, pues, a la luz de los datos, no se sostiene un mensaje tan ambiguo y desfasado como el que da en estos momentos el Ejecutivo de Pedro Sánchez. En este sentido, las perspectivas que publican los principales organismos económicos muestran una economía que, tras la llegada de las ayudas europeas y los fondos mixtos, sitúa su nivel de endeudamiento en un rango que oscila entre el 120% y el 125% del PIB.

De la misma forma, las previsiones que hace la AIReF sobre el déficit muestran que podría situarse por encima del 10% para cuando esta crisis pase. Un nivel que, pese a la relajación permitida por Europa, se sitúa muy lejos del límite establecido por los PEC europeos, los cuales debemos retomar cuando volvamos a la normalidad. Además, organismos como la OCDE, así como el propio Fondo Monetario Internacional (FMI) vislumbran  un escenario en el que el Producto Interior Bruto (PIB) sufrirá un descenso que podría llegar a superar los 12 puntos porcentuales.

Como vemos, el deterioro que vive la economía española es bastante notable. Las previsiones arrojan un contexto que, tras la disipación de la tormenta vírica que hoy nos acontece, muestra una economía descapitalizada, endeudada y al borde del colapso. Así pues, el Banco de España, así como otra serie de organismos, proyectan escenarios que muestran esta situación que comentamos.

De hecho, ha sido el propio supervisor el que también ha recomendado -en aras de una estabilidad presupuestaria que trate de relajar las tensiones en Europa y busque la armonía entre los países miembros- un plan de ajuste y optimización, así como una subida de impuestos que nos permita acercarnos a Europa en esa homogeneización fiscal para hacer frente a esa citada factura.

Por esta razón, el Gobierno formado por PSOE y Unidas Podemos ya ha avisado sobre esa subida de impuestos que llegará a la economía española y que, en forma de reforma fiscal, tratará de compensar la situación y corregir los desequilibrios que esta crisis ha ido ensanchando.

Una reforma que, dicho sea de paso, incluye la subida de impuestos por el hecho de que los gastos, a la espera de que la condicionalidad del rescate no diga lo contrario, pretenden perpetuarse un año más, llegando a incrementarse por el escaso fondo de maniobra, así como la necesidad de aplicar políticas expansivas para combatir el ciclo económico.

Sin embargo, dicha subida de impuestos se ha ido anunciando como una subida que únicamente afectaría a las rentas altas en el país, así como a los grandes patrimonios. De hecho, los anuncios de la subida que hizo el Gobierno así lo estipulaban, incrementando el IRPF para las rentas elevadas, aplicando impuestos de nueva creación al patrimonio, entre otras figuras que seguían cociéndose en la cocina fiscal en la que trabaja el Ejecutivo. Sin embargo, si hay algo de lo que no se ha hablado en ningún momento es de números, ya que, dichas medidas no gozan de validez ni credibilidad como para solventar dicha situación.

Atendiendo a las previsiones que posee el Gobierno por esta subida impositiva, la previsión que realizaba hace unos meses Unidas Podemos reflejan una recaudación potencial agregada de 15.000 millones de euros. Sin embargo, tal y como estimó la AIReF, únicamente el déficit que presentará la economía española prevé situarse por encima de los 150.000 millones de euros. Un coste que, armonizado en años posteriores, se quedará en los 110.000 millones de euros. Como vemos, una recaudación que no daría ni para pagar el pico de la factura que deja el covid-19.

Brindis al sol

Sin embargo, la Unión Europea, atendiendo a los criterios establecidos, muestra cómo la economía española, por las deducciones y tipos reducidos, está dejando de ingresar por este impuesto -véase el tipo medio efectivo y el tipo impositivo- cerca de 45.000 millones de euros. Una cuantía que, en aras de esa homogeneización fiscal con Europa y con el fin de incrementar la recaudación en un nivel que nos permita afrontar los gastos derivados del covid-19, refleja un importe recaudatorio claramente superior y que suscita la necesidad de incrementar otra serie de impuestos que, a diferencia de lo que dice el Gobierno, pagan tanto ricos como clases medias y bajas.

A la luz de estos análisis, podemos ver como la homogeneización que tanto nos venden muestra que no son precisamente los ricos españoles, o las grandes empresas, las que se alejan de los niveles recaudatorios europeos, sino, aquellas empresas, así como patrimonios, a los que el Gobierno dice que no subirá los impuestos.

En conclusión, hablamos claramente de un brindis al sol por parte de un Gobierno centrado en las urnas, pues las matemáticas, como ciencia exacta, muestran que los números que este maneja, en relación a los que muestran los economistas, no se ajustan a la verdadera realidad que se debe comunicar a una ciudadanía bastante confundida.

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