Productividad, el secreto para competir
23 de febrero de 2020

El Consejo General de Economistas de España ha publicado la tercera edición del ‘Informe de Competitividad Regional’, en el que se señalan las debilidades y fortalezas del tejido productivo de las comunidades autónomas. Estas alcanzan una ventajosa posición competitiva cuando tienen buenas puntuaciones en los siete ejes analizados: entorno económico, mercado de trabajo, capital humano, entorno institucional, infraestructuras básicas, entorno empresarial e innovación.

Un parámetro que contribuye bastante a mejorar la competitividad es la renta per cápita. Un nivel salarial alto atrae mano de obra cualificada e inversiones, lo que se traduce en un desarrollo e innovación de mayor valor añadido. Por otro lado, si correlacionamos la renta per cápita y la productividad, se obtiene una cifra muy elevada (0,95), lo que sugiere que una mayor renta promueve la productividad, y viceversa. De hecho, esta última constituye el factor más relevante en el cálculo de la competitividad, ya que relaciona lo producido por un sistema y los recursos utilizados para ello. Los resultados más altos en este indicador los tienen País Vasco (104,8), Madrid (100,9) y Navarra (98,7).

Fuente: Vocento

Respecto a los cambios de posición observados respecto al del año anterior, destaca La Rioja, que ha descendido del nivel medio-alto de competitividad al medio-bajo (8,7). Las comunidades que se estancan son Cataluña, País Vasco y Murcia. No obstante, el PIB per cápita de las dos primeras ha alcanzado un valor superior al promedio español (92,8).

Asturias se sitúa en el grupo de competitividad medio-bajo (7,6) tras bajar dos puestos. Por una parte, esta región destaca en el comportamiento del capital humano, en eficiencia empresarial y entorno institucional, ya que registra los niveles más altos de población con estudios superiores en comparación con el promedio de España y de la Unión Europea, a la par que un bajo grado de desigualdad respecto a la media europea. Sin embargo, eso no obsta para que exista un deterioro objetivo de su entorno económico, y en especial de la innovación.

Murcia ha descendido al grupo de competitividad relativa baja (6,4) al haber perdido en eficiencia empresarial, entorno institucional y entorno económico, convirtiéndose en la menos productiva (77,3). El sur de España concentra los niveles más bajos de productividad y de competitividad. Andalucía, que ocupa el penúltimo puesto en el ‘ranking’, es la que reúne un mayor número de posiciones bajas en los ejes, como, por ejemplo, en el relativo al entorno institucional y a la tasa de paro de larga duración. En cuanto a la menos competitiva, se trata de Extremadura (4,5), al presentar niveles inferiores al 75% de la media, tanto en renta per cápita como en productividad. Además, triplica la tasa de paro europea.

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