Precio máximo y competencia mínima
21 de enero de 2022

El pasado sábado 15 de enero entró en vigor en España la ley que regula el precio de los test de antígenos, estableciendo el precio máximo de venta al público en farmacias en 2,94 euros. A diferencia de otros países, en España, la venta al público de test de antígenos está autorizada exclusivamente en farmacias, aunque sin receta médica. La regulación del precio de dichos test proviene de una demanda social de reducción de los precios a raíz de la escasez de oferta de en el periodo navideño y el enorme incremento de precios al que esto conllevó. Desde que se pusieron a la venta los test de antígenos en España antes del pasado verano, el precio ha oscilado desde algo menos de 5 euros hasta más de 10 euros por unidad en algunos casos durante el mes de diciembre del pasado año. Por lo tanto, no han sido pocos los sorprendidos por la fijación del precio de los mismos en 2,94 euros, situándose por debajo del coste de compra por parte de las farmacias en muchos casos.

Es por ello por lo que muchos analistas han argumentado que dicho precio máximo eliminaría el incentivo a incrementar la oferta de test e incluso podría conllevar a una mayor escasez. Por otro lado, cabe argumentar que aún en un escenario en el que no haya necesariamente escasez absoluta de test, pero sí una oferta por debajo del nivel de demanda total, esto podría causar que las personas que consigan hacerse con un test no sean las que más lo necesiten, sino los más prestos a adquirirlo. Ambos argumentos podrían ser ciertos en el caso de que el precio máximo se encontrara por debajo de aquel precio correspondiente al equilibrio de mercado. Llegados a este punto cabe preguntarnos de qué mercado estamos hablando, ya que el precio de equilibrio no sería el mismo en un mercado en el cual el único oferente de test sean las farmacias que en uno donde los supermercados, las grandes superficies e incluso las gasolineras pudieran vender test, ya que, tal y como dicta la teoría económica y como hemos visto en multitud de países, esto aumentaría la oferta en relación a la demanda, conduciendo a un menor precio correspondiente al equilibrio de mercado.

Debemos insistir en que la distribución exclusivamente en farmacias de las pruebas de antígenos daña fuertemente la competitividad de este mercado y atenta directamente contra los intereses de la ciudadanía tanto en el plano económico como sanitario, ya que dificulta el acceso a este producto y, además, lo encarece considerablemente. Por lo tanto, con regulación de precios o sin regulación, lo esencial es que se liberalice su venta en todas las superficies posibles, haciendo que la oferta de test inunde las tiendas, haciendo caer su precio de manera natural al sobrepasar la oferta temporalmente la cantidad demandada. Solo es necesario que miremos a nuestro alrededor para ver como muchos países han logrado reducir notoriamente el precio de los test de antígenos con tan solo liberalizar su venta.

Si observamos datos por países que han permitido la venta libre de test de antígenos, veremos que hay un patrón que se repite. En primer lugar, en todos los países, los test que se venden en supermercados son más baratos que los que se venden en farmacias, esencialmente a causa de la mayor capacidad de los supermercados para realizar compras masivas. Además, el precio de venta medio de los test en aquellos países que han liberalizado su venta es siempre más bajo que en aquellos países que mantienen su oferta restringida exclusivamente a farmacias o similares. De hecho, la tendencia en países como Francia, Alemania o Portugal fue la del desplome de los precios de venta al público automáticamente después de la liberalización de su venta.

La liberalización de la venta de test en todo tipo de superficies no constituye más que la eliminación de las barreras regulatorias existentes a la libre competencia en dicho mercado. La libertad de oferta en este mercado permitiría, además, reducir algunos costes más “abstractos” que atañen igualmente a los consumidores como son los costes de desplazamiento o en términos de tiempo de espera para adquirir un test, algo que se eliminaría casi de inmediato con la extensión de su oferta a supermercados y grandes superficies. Además, muchas farmacias se verían en una situación mejor que la actual (en la cual han de deshacerse del stock a un precio muchas veces menor al coste de adquisición de los test), ya que los grandes productores de test probablemente también reducirían sus precios debido a un incremento de la oferta. Es decir, muchas farmacias venderían a un menor precio, pero manteniendo un margen positivo (del cual ahora mismo no disponen). En España hay varios laboratorios diferentes suministrando test a las farmacias, lo cual es un indicativo de la flexibilidad de la oferta de este producto en el corto y medio plazo.

El sistema de precios como mecanismo de transmisión de información resulta esencial en cualquier mercado, ya que ejerce de indicador para conocer donde se encuentra tensionado el mercado a causa de escasez de oferta y ofrece señales a los productores para incrementar la misma. Es por esto por lo que, aunque no creo que la regulación del precio de los test vaya a causar una mayor escasez de los mismos (debido a que la escasez durante el periodo navideño se ha debido a un nivel de demanda fuera de lo normal, y no tanto a falta de oferta), sería mejor llegar a una reducción natural de los precios a través de un incremento libre de la oferta por vía de una mayor presión competitiva en este mercado.

Lo que se ha hecho mal desde un principio en España en lo relativo a la distribución de test de antígenos ha sido no permitir su venta (siempre que sean de una de las marcas y modelos autorizados) en cualquier superficie, ya que los test no requieren una conservación bajo condiciones especiales. La liberalización de su venta habría permitido un mayor y más fácil acceso a los mismos, además de a un menor precio. Por lo tanto, se ha recurrido a establecer un precio máximo para tapar la competencia mínima que existe en la venta de los test de antígenos, llevando a una situación de escasez y elevados precios, para la cual se ofrece una solución que solo ataca parcialmente uno de los flancos.

Publicaciones relacionadas