Mitos desmontados por la crisis
23 de noviembre de 2014
Por admin

Si queremos ver el impacto de la crisis en la sociedad, no solo conviene considerar el número de empleos destruidos, sino también la variación del salario correspondiente a cada uno de ellos. Así, desde 2008 hasta 2013, la masa salarial total (sin incluir a empresarios y autónomos) se ha reducido un 11,5% en el conjunto de España. Sin embargo, aunque los productos son ahora más caros que al inicio de la crisis, la caída ha sido generalizada, con un rango comprendido entre el 1,6% en Baleares y el 21,1% en Murcia. El análisis de este dato resulta provocativo porque desmonta una buena parte de los mitos que difunde algún tertuliano aventurado.

En primer lugar, algunos de estos supuestos expertos reclaman una mayor regulación. Aseguran que la liberalización económica no consigue mejores resultados. Así, dicen, la mayor flexibilidad comercial no supondría la creación de empleo, sino la sustitución de un puesto de trabajo «de calidad» por dos más precarios. Esto es falso: la masa salarial total cae menos en aquellas regiones con mayor libertad comercial (como es el caso de Madrid, con un retroceso de un 5%), frente a las que tienen menos flexibilidad, como Cataluña (12,7%) o Andalucía (18,8%).

El corolario de esta tesis justifica el mantenimiento de los funcionarios (aunque sean prescindibles) para elevar la «calidad del empleo». De nuevo, quienes así piensan obvian el retroceso que ha sufrido la masa salarial en Extremadura (13,5%) frente a Baleares (1,6%), pese a que la primera duplica el porcentaje que supone el funcionariado en su mercado laboral.

En tercer lugar, y siguiendo las controvertidas tesis del economista Thomas Piketty, muchos comentaristas señalan que «una mayor desigualdad desincentiva el crecimiento». Esto es falso. De hecho, si la desigualdad es justa (esto es, no se debe a favores políticos, sino que simplemente se retribuye mejor a aquellas personas que aportan más) favorece el progreso porque atrae a los profesionales más cualificados. Es el caso de Madrid, la región más desigual en términos salariales y una de las que menos ha notado la crisis, frente a las mucho más igualitarias –Canarias, Galicia y Aragón– con desplomes salariales de hasta un 16,4%.

Algunos tertulianos pontifican que ajustar costes no funciona, que no hay ningún beneficio en reducir los salarios. Este punto es más complicado de demostrar, dado que sólo ajustan sus jornales aquellos sectores que no podrían sobrevivir en caso de no hacerlo. Ahora bien, Cantabria, la única región que ha reducido sus costes laborales unitarios en este periodo, no ha destruido tanta masa salarial como la media española (9,6%), mientras que en Murcia los salarios totales se han desplomado un 21,1%, pese a que los sueldos medios crecieron un 5,7%.

Fuente: Vocento

Finalmente, hay quien dice que una economía más abierta a la competencia internacional es mala, porque «impide que los políticos puedan controlar rigurosamente la política económica». Estos comentaristas señalan que tendría sentido distribuir dinero a la población si se pudiera asegurar que van a gastarlo en comercios locales y en productos de la zona, pero esto es imposible cuando una amplia mayoría de los bienes son extranjeros. De nuevo, esta tesis no se sostiene cuando se ve que son precisamente Baleares y Navarra las dos regiones mejor paradas en los últimos cinco años. La primera, con un poderoso sector turístico internacional; la segunda, con elevadas ventas al exterior al ser siempre la primera o segunda en exportaciones (medidas en tasa de cobertura). El realismo que proporcionan las cifras es el mejor antídoto contra el ‘buenismo’ disparatado.

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