La inflación y la previsión de subida impositiva atenúan el alza de salarios
9 de mayo de 2019

El menor avance de la inflación y la previsión de unos peores resultados empresariales, influenciados entre otros factores por la desaceleración del consumo y del crecimiento de la economía, y un horizonte de alza impositiva que mermará el desempeño contable de las compañías, sustentan el caldo de cultivo de una estimación de alza de los salarios menor que la registrada en el pasado ejercicio.

Concretamente, la cifra la desliza el informe de KPMG sobre Tendencias retributivas y de Recursos Humanos 2019, apuntando a un alza media de las retribuciones de los trabajadores asalariados del 2,2% incluyendo los efectos de la inflación y del 2% de media descontando dicho indicador.

En conclusión, un avance salarial que pierde fuerza con respecto al pasado 2018, cuando fue un 0,6% mayor, debido al impacto entre otros motivos de la desaceleración de la economía, ya que «los empresarios empiezan a acusar la ralentización de los indicadores económicos».

Y precisamente, los expertos consultados por elEconomista apuntan a uno de estos indicadores como el principal causante de la desaceleración en el alza de los salarios: el menor avance de la inflación. Según las estimaciones publicadas recientemente por la Comisión Europea, el avance del IPC será del 1,1% para este año, menor que el 1,7% registrado a cierre del pasado 2018 y algo por debajo de lo previsto ya para el 2020 de 1,4%. Esto, como indica el economista jefe del Think Tank Civismo, Javier Santacruz, supone un primer freno para la expansión de los sueldos ya que «en los últimos años muchas empresas han referenciado la revalorización salarial a la inflación». En estos casos, la fórmula preestablecida castiga de entrada eventuales incrementos de este coste laboral.

Una visión que comparte el presidente de la Comisión Financiera del Consejo General de Economistas, Antonio Pedraza, asegurando que el desempeño de la inflación es uno de los elementos que impacta en la contención de la subida de sueldos, si bien amplia el espectro otros factores coyunturales que también podrían afectar a esta masa remunerativa como es la subida de los precios del petróleo y la previsión de aumento de los impuestos, que merma las estimaciones de negocio y beneficios de los empresarios, incentivando por lo tanto la moderación de las subidas en la remuneración de los empleados.

Concretamente, Pedraza señala que estos elementos impactarán de forma directa «en el poder adquisitivo de los trabajadores», toda vez que las intenciones del Gobierno de Pedro Sánchez de elevar la presión fiscal en cerca de 16.000 millones de euros implica inevitablemente un gravamen sobre las clases medias del país. Un factor, que se encuentra estrechamente relacionado con la desaceleración del consumo, donde Funcas prevé un crecimiento del 2% en 2019, frente el 2,4 del año pasado.

Cabe recordar, en este punto, que otros indicadores también muestran esta resistencia al alza de los sueldos. Es el caso de la evolución de los costes salariales en los sectores de industria, servicios y construcción donde a cierre del pasado año anotaban un exiguo avance del 0,9%, según datos del INE.

Horizonte incierto

De hecho, Pedraza explica que los expertos han valorado con sorpresa el crecimiento del 0,7% registrado en el primer trimestre del año, que no ha contado con el impulso de la Semana Santa y que a su vez vaticina un segundo trimestre favorable. Sin embargo, y volviendo sobre el alza impositiva anunciada por el Gobierno, el presidente de la Comisión Financiera del Consejo General de Economistas explica que «se tratan en su conjunto de unas medidas procíclicas que pueden atentar contra el empleo y el consumo».

Ante este panorama, el riesgo reside en perder, debido a una política económica desacertada, el balón de oxígeno que prevé el Fondo Monetario Internacional (FMI) llegará para los países desarrollados en el segundo semestre del año, donde su directora Chistrine Lagarde atisba una relajación de la senda de desaceleración, por lo que, según Pedraza, «España podría verse en contra de esta corriente».

En términos macroeconómicos, el también economista Javier Santacruz añade que la propia sintomática del mercado de trabajo, con una desaceleración en la creación de puestos de trabajo -según la CE avanzará a un ritmo del 2% contra el 2,5% del pasado año- señala que en consonancia con el resto de indicadores que muestran una desaceleración de la economía respecto al pasado año, el menor alza de los salarios es un termómetro fiable ya que suele ser el primer indicador en perder fuelle ante un periodo de desaceleración de la economía.

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