«La falta de consenso en políticas fiscales es veneno para atraer inversión»
14 de octubre de 2014
Por admin

Cuando Juergen B.Donges, sevillano de nacimiento (24 de octubre de 1940) porque su padre trabajaba en el Banco Alemán Transatlántico de Sevilla, viaja junto a su mujer, lo hace en un Volkswagen Polo. “Sé que está hecho aquí, en Landaben. En todas las revistas especializadas de motor dicen que es una gran fábrica con mucha calidad y trabajadores cualificados”, explica en un perfecto castellano Juergen B. Donges, uno de los economistas europeos más prestigiosos y conocido por haber sido uno de los asesores de la canciller Ángela Merkel. A punto de cumplir los 74 años, este Catedrático de Economía impartió ayer una conferencia invitado por el Think Tank Civismo, presidido por Julio Pomés. Más allá de las medidas concretas que puedan aplicarse para avanzar en la recuperación económica, critica a la clase política por “representar un teatro” y no tener en cuenta a la sociedad civil, clave en cualquier reforma; a los medios de comunicación les pide que “no dejen tener una vida tranquila a esa clase política” vigilando aún más si cumplen con sus programas e insistiendo en cuáles son las reformas que la economía necesita. Pero sobre todo, pide tiempo. “En Alemania comenzamos las reformas en 2003 y hasta 2010 no recogimos frutos”.

Justo cuando parece que España está saliendo de la recesión se escuchan voces como la de Joaquín Almunia diciendo que estamos al borde de la tercera recesión. ¿Qué opina?

Creo que no habrá una tercera recesión.

Entonces, ¿por qué se vuelve a escuchar este término?

Aún tenemos problemas en la zona Euro. Estos no proceden de España sino de Francia e Italia. Estos son los que están pintando constantemente el peligro de recesión porque lo que quieren es que haya una mayor inversión pública. Y para justificar eso, hay que decir que estamos en el abismo de la recesión. Con esto también consiguen desviar la atención de sus propios problemas. Para un italiano es estupendo decir que no nos va mejor porque los alemanes lo impiden todo. ¡Políticamente se vende de miedo!

¿Eso quiere decir que dejaremos de hablar de recesión para hablar de crecimiento?

Tenemos un crecimiento débil en la zona Euro, pero tenemos dos parámetros favorables para que continúe. Los países periféricos, que tantos problemas de cabeza nos han causado en los últimos años España incluida, sí han salido de la recesión, y algunos de ellos, como Irlanda y España han hecho bastantes de los deberes que tenían que hacer. Se puede discutir si han hecho todo bien, si han sido demasiado lentos… Ahí tenemos un problema menos. Por otro lado, las políticas macroeconómicas que estamos aplicando en la zona euro son muy favorables. La política monetaria es muy expansiva. Los tipos de interés muy bajos están permitiendo endeudarse a los países.

¿Cuáles son las amenazas?

Lo que pesa ahora mismo en las prospectivas son las nuevas tensiones geopolíticas. Visto desde Alemania el problema se llama Rusia y Ucrania. Alemania depende en un 40% del gas ruso. Y el mercado ruso para los exportadores alemanes de vehículos de alta gama y bienes de equipo con una alta tecnología, es muy importante. Debido a las sanciones, ese mercado ya no existe. Muchas empresas alemanas han dejado de invertir. Eso se refleja en el crecimiento del PIB, y un debate generalizado que también ha llegado a los consumidores sobre si tendrán calefacción para pasar el invierno o tendrán que usar otras fuentes de energía. En definitiva, todo eso nos ha conducido a rebajar las previsiones de crecimiento. Seguiremos creciendo, pero menos. Si se dice que la economía alemana, que representa el 28% del PIB europeo, crecerá menos, inmediatamente repercute en los demás. Todo el mundo se fija en Alemania y se cree que afecta a todos los países, pero no es así. En España, el índice de confianza empresarial ha crecido por quinto mes consecutivo.

Por lo menos, según dice, España ha hecho gran parte de sus deberes…

Si tuviera que criticar algo sustancial en la política de Mariano Rajoy son dos cosas. Cuando este gobierno empezó su tarea, me dio la sensación de que no estaban preparados. Era como si los hubiera cogido por sorpresa. Las medidas impopulares hay que tomarlas en los 100 primeros días de Gobierno. Rajoy ha tardado tiempo en aplicar medidas. El coste político de esta demora ha sido mayor y se han creado fuerzas de resistencias más allá de los sindicatos. Y el segundo asunto que critico es que todavía queda camino por recorrer. No está todo hecho. Tenemos la sensación de que ya hemos pasado lo peor porque ya hemos salido  de la recesión. Ahora existe el riesgo de la autocomplacencia y otras medidas impopulares que aún están pendientes se van a quedar sin hacer.

¿Cuáles son?

Sobre todo queda hacer más flexible aún el mercado laboral. La mano de obra es uno de los principales costes de producción. Los costes han de estar alineados con la producción.

La visión de Navarra. La semana pasada la oposición tumbó la reforma fiscal que quería sacar adelante el Gobierno de Navarra. En este sentido, ¿hasta qué punto es importante el consenso político para contribuir a la recuperación económica? ¿Cuáles serían las medidas fiscales más oportunas en este contexto?

Es importante darse cuenta del contexto económico global en el que nos encontramos. En este contexto estamos en una competencia internacional por los capitales, son lo que llamamos las inversiones directas. Hay muchos países en el mundo que quieren desarrollarse pero que no generan suficiente ahorro propio. Necesitan inversiones exteriores. El capital movible, da igual de qué país venga, es muy sensible al tema fiscal. Siempre comparan la fiscalidad de un país con otro. La fiscalidad es importante. Lo peor que puede hacer una fuerza política es aumentar la fiscalidad sobre el capital, el patrimonio… Al trabajador le pueden subir el IRPF porque no se puede ir. No es tan movible debido a sus cargas familiares, chicos que van al colegio… Pero subir los impuestos al capital es peligroso porque se puede ir. No se tiene que ir con toda una fábrica. Le basta con cambiar el domicilio social e irse de Pamplona a Madrid. Se sigue produciendo, empleo, pero se pierde recaudación. Pero sobre todo, se pierde, uno de los parámetros positivos de esta comunidad autónoma, es la buena imagen que tenía para el capital extranjero. Así ha venido tanta inversión directa extranjera, incluso más que la media española. Si esta imagen se deteriora por un asunto político, sólo porque la oposición quiere demostrar al gobierno que está en minoría, no conduce a nada. Se tendrían que entender Gobierno con los partidos de la oposición. Libremos nuestras batallas en otros campos, que los hay suficientes, pero no en este, no en el régimen tributario. Eso para mí es veneno. Eso lo sabemos en todos los países. La tendencia ha ido a reducir la fiscalidad. Nos gusté o no esto es así. Economías como la navarra que quieren seguir creciendo y crear empleo han de mimar a la empresa porque es la empresa privada la que crea empleo.

El año que viene hay elecciones. Las encuestas hablan de irrupción de nuevas fuerzas como Podemos o Bildu ¿Afectarán los resultados a la recuperación?

Si las elecciones dan como resultas que partidos como Podemos o Bildu consiguen una influencia decisiva, desde luego, tendrá efectos negativos. No hay más que estudiar sus programas económicos, que no son más que cuentos chinos que tienen gancho. Estos populismos son veneno para la actividad económica. Si no cumplen lo que prometen, surgirá la radicalización y luego la incertidumbre en la actividad económica. Es algo así como un impuesto adicional porque no sabes qué van a decidir. Lo mejor que le puede pasar a Navarra, como al resto de España, es que estas formaciones se queden donde están y que no alcancen influencia. Lo que sí es importante no es suficiente no decir cuidado con estos. Hay que entrar en un debate con ellos sobre sus propuestas. Prácticamente hay que desenmascararlos.

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