La economía prolonga su dinamismo
4 de marzo de 2017
Por admin

El INE publicó el jueves la Contabilidad Nacional de España. En 2016, la economía de nuestro país creció de forma sostenida, a un ritmo igual al de 2015 (+3,2%); habría que remontarse diez años atrás para encontrar una tasa mayor. Este impulso se debió, sobre todo, al consumo de las familias, las exportaciones y los sectores tecnológicos.

Así, el consumo de los hogares aumentó un 3,2% frente al 3,1% del año anterior (+3,1%), gracias a la mejora del crédito, a la subida del empleo (en 2016 se crearon 463.000 puestos de trabajo a tiempo completo), al incremento de la renta disponible por la caída de los precios de la energía, y al mayor optimismo de los ciudadanos sobre el futuro de la economía española.

Por el lado de la oferta, crecen de forma vigorosa algunos sectores, como las actividades profesionales (+7%) y los relacionados con el turismo, pero también los que están ligados a las nuevas tecnologías, como el de la información y comunicaciones (+5,6% frente al +4,7% de 2015) y los vinculados a la propiedad intelectual y a la economía del conocimiento (+2,9% frente al +1,8% del año anterior). Datos que, como los de esta semana sobre que la producción nacional crece (3,2%) más que el empleo (2,7%), permiten aseverar que sigue aumentando el nivel de productividad de la economía española y que, poco a poco, las empresas gastan más en Investigación y Desarrollo (I+D), con el fin de adaptarse más rápidamente a la Cuarta Revolución Industrial (digitalización, ingeniería genética, robótica e inteligencia artificial).

La inversión crece menos

En cambio, en 2016, la formación bruta de capital fijo sólo creció un 3,1%, es decir, menos de la mitad que en 2015 (+6,4%). Parecida desaceleración se ha notado en la demanda de bienes de equipo. Según el INE, en  2015 la inversión en este sector se incrementó un 10%, mientras que en 2016 el crecimiento apenas fue del 5%.

Para entender este frenazo, conviene recordar que, durante el año pasado, la falta de un gobierno estable sembró entre los inversores cierta inseguridad sobre cómo sería el futuro marco laboral, fiscal y de unidad de mercado de la economía española. Una situación que parece estar prolongándose en 2017, ya que las reformas económicas que necesita nuestro país siguen paralizadas ante la ausencia de un Ejecutivo fuerte.

Por tanto, no sorprende que el Indicador de Confianza del Consumidor (ICC) del mes de febrero publicado ayer cayese, pasando de 98,3 puntos en enero a 95,1 en febrero, un descenso de 3,4 puntos.

En este contexto de incertidumbre, no tiene sentido que, según la Contabilidad Nacional, en 2016 el gasto público creciera un 0,8%, confirmando la falta de voluntad política de nuestras Administraciones de reducirlo. Desgraciadamente, el consumo público lleva dos años y medio incrementándose. Su aumento es la causa de que el déficit supere reiteradamente el objetivo que se había pactado con Bruselas. Quizá hubiera sido preferible disminuir el gasto público improductivo y/o aumentar el IVA y tener un crecimiento económico menor, pero con unas cuentas públicas más equilibradas.

Las exportaciones siguen a buen ritmo

Por tanto, ante esta desaceleración de la demanda interna (menor crecimiento del consumo y de la inversión), si se quiere conseguir un crecimiento estable y equilibrado durante 2017, se debe seguir insistiendo en las exportaciones. Una apuesta que se hace más necesaria en un contexto internacional en el que su futuro se complica por la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea y por las barreras comerciales que puede imponer Estados Unidos. Como consecuencia de la amenaza de la ola proteccionista, nuestro país puede verse afectado de forma significativa por la pérdida de esos y otros mercados, lo cual ocasionaría una mayor ralentización de la economía.

De hecho, las exportaciones de bienes y servicios, que, a lo largo de 2015 crecieron con mucha fuerza (un +5,4% anual), en 2016, y como consecuencia de las convulsiones de la economía mundial, aumentaron un poco menos (+4,4%). En un escenario de mayores riesgos por el enfriamiento de las economías emergentes y el creciente proteccionismo en las avanzadas, esta ligera reducción es un aviso de que la disminución de costes es necesaria pero no suficiente. Hacen falta medidas que consigan acrecentar el nivel industrial de nuestro país, el tamaño de las empresas, el gasto en I+D, y lograr una energía más barata y calidad en nuestros productos con el fin de fortalecer su competitividad.

Perspectivas de futuro

En definitiva, aunque estamos en una fase avanzada del ciclo y haya datos negativos, como los del ICC de febrero, con una pérdida en las perspectivas de los encuestados de 2,9 puntos respecto a enero, parece que la actividad económica prolonga su dinamismo y que lo hará también en los próximos meses. Durante este año el consumo seguirá tirando por el aumento del empleo. La afiliación a la Seguridad Social en términos desestacionalizados tuvo en enero una subida de 67.460 afiliados y, en febrero, de 46.079, un registro mejor que la variación alcanzada en el mismo mes de 2016.

Sin embargo, la confianza de los consumidores se reduce, la inflación aumenta y, con ella, los tipos de interés. Hay que seguir alerta y alejarnos del peligro de sumergirnos en ritmos bajos de crecimiento potencial. Un problema que afectaría a la tasa de empleo y que sólo se podría evitar si se emprendiesen las reformas estructurales pendientes que faciliten la creación de empresas en sectores y actividades que generen mucho valor añadido y productividad. Para ello se precisa facilitar la innovación y el emprendimiento, lo que a su vez generará más crecimiento económico, y éste, ingresos fiscales más elevados, lo que significa achicar el déficit y la deuda pública.

De ahí que el Gobierno y la oposición deban llegar a acuerdos que den más confianza a los empresarios, empezando por afrontar el reto mayúsculo de aprobar los presupuestos para este año, y terminando por crear un marco de estabilidad donde se acreciente la inversión y el empleo. Sólo así el fantasma de la incertidumbre desaparecerá, la prima de riesgo se reducirá y la recuperación económica, iniciada hace más de tres años, seguirá adelante. 

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