La bronca salta del escaño
21 de diciembre de 2013
Por admin

Lo normal o, al menos, lo habitual es que sean los diputados quienes bajen a la arena y se involucren–algunos sin miedo a la sangre y otros, más prudentemente– en las broncas parlamentarias. No es de extrañar, tampoco, que los ciudadanos, en función de los niveles de saturación política o económica, se planten en la calle Fruela para amenizar y, en algunos casos amenazar, la sesión parlamentaria. Lo que es raro es que la discusión salte del escaño y ascienda a la mesa institucional de la Cámara, donde todos los partidos tratan de convivir en armonía y las formas tienen tanta importancia como en casa del César. Pero ayer ocurrió. El presidente de la Junta, Pedro Sanjurjo, y el vicepresidente, Pelayo Roces, se enzarzaron en una discusión que pilló desprevenido al respetable e interrumpió la intervención de la consejera de Hacienda.

Mientras Dolores Carcedo defendía con vehemencia su proyecto de presupuestos y, presumiblemente, ante un reproche de Roces que no se escuchó fuera del hemiciclo, Sanjurjo activó el micrófono para dirigirse «públicamente» a Roces y recordarle sin ocultar su enfado que «no es labor del vicepresidente gestionar los tiempos». Se desencadenaba así una discusión en la que el presidente del Parlamento señaló que la consejera estaba haciendo un «uso restringido del turno de intervención que le correspondía», antes de apuntar que mientras Francisco Álvarez- Cascos había gozado de la «generosidad» de la Cámara al intervenir durante 24 minutos (cuatro más de los que le correspondía), la consejera solo había agotado diez minutos en su primera intervención y ocho, en la segunda. Un debate al que presidente y vicepresidente dieron más importancia que la propia Carcedo que, en cuanto pudo, continuó con su alegato sin prestar atención al enfrentamiento.

No todo fue tensión. Si hubo bronca, también hubo risas. Las hubo tras una broma entre Carcedo y Cascos y, más tarde, cuando la presidenta del PP y diputada regional Mercedes Fernández colocó el balón para remate a puerta: «Dicen que bajar impuestos como pedimos es una cuestión de irresponsables. Pues España debe estar llena de irresponsables, porque nuestros vecinos gallegos… ¡No se rían!».

Por haber hubo hasta recomendaciones literarias. Francisco Álvarez Cascos entregó al presidente de la Junta, para que éste se lo hiciese llegar al jefe del Ejecutivo asturiano, un volumen de ‘Libertad Económica en España 2013’. El libro, firmado entre otros por el catedrático en Economía Aplicada Francisco Cabrillo, sitúa a Asturias en uno de los puestos más bajos del ranking de comunidades. «Puede dárselo a su comité de sabios y estudiarlo», lanzó. El portavoz socialista, José María Pérez, le devolvió la pelota: «Ya que habla usted de ahorrar, podría habérselo dado en mano a Javier Fernández y no andar dándoselo a uno para que se lo dé a otro. Solo tenía que extender el brazo». «¡El reglamento!», justificaba Cascos.

Tras la sesión, se pudo ver, incluso, algún abrazo. El del presidente del Principado, en señal de felicitación y apoyo, a la consejera, que luego vio desfilar a su grupo para saludarla.

Fuera, miembros de la Federación de Pensionistas y Jubilados de CCOO se manifestaron con camisetas que exigían «la reconquista del estado de bienestar». «No se puede echar toda la culpa a Rajoy, que tiene mucha, pero desde aquí también se pueden hacer cosas», explicaban. Por eso, elaboraron un documento con diez peticiones para que el Ejecutivo regional lo incluya en el proyecto. Piden que se devuelvan las cantidades abonadas en el copago a las pensiones mínimas y enfermos crónicos, que se amplíe el bono social eléctrico de 3 a 4 kw, que se ayude a las rentas mínimas al pago de la factura energética, la deducción en la cuota autonómica a pensionistas con parados a su cargo, la implicación en el reparto de bonos de ayuda para alimentación, la eliminación del copago de la Dependencia a usuarios con pensiones mínimas y el uso compatible del centro de día conlos servicios de ayuda a domicilio. Solicitaron, además, que no se acumulen retrasos de hasta un año para cobrar el salario social y la reducción de las listas de espera en la atención sanitaria a pensionistas.

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