Invertir asegura el crecimiento
21 de mayo de 2017
Por admin

Las últimas estimaciones ya sitúan el crecimiento de la economía española por encima del 3% para este 2017. Más allá de factores coyunturales favorables, este avance se apoya en dos pilares esenciales: por un lado, en un aumento fuerte de las exportaciones y, por otro y de forma muy especial, en una solida producción industrial, que en el primer trimestre experimentó un incremento interanual del 4,6%.

Entre los diferentes componentes de ésta, situamos el foco en dos: la producción de bienes de equipo y la de bienes de consumo. Los primeros juegan un papel crucial a la hora de sustentar la producción industrial y, en consecuencia, la economía de nuestro país. En este sentido, el Instituto Nacional de Estadística (INE) les da un peso del 20,97% sobre el total de la producción industrial. Las industrias de bienes de equipo realizan actividades económicas de transformación, es decir, producen bienes que sirven para industrias que, a su vez, generan otros productos. Dado su efecto multiplicador, es un importante indicador de demanda de nuestro país. Por su parte, la producción de bienes de consumo representa el 27,76% del indicador oficial de producción industrial que es el Índice de Producción Industrial (IPI). Está formado por consumo de bienes duraderos y no duraderos, los cuales son de uso inmediato por los consumidores.

Vocento

Estos dos indicadores son fundamentales para explicar el crecimiento económico regional. Las comunidades que lo liderarán en los próximos trimestres serán las que aumenten la producción de bienes de equipo. Es el caso de Baleares, por ejemplo, donde aquella crece a tasas de dos dígitos. De hecho, esta comunidad, junto a Asturias, Cantabria y La Rioja, ha pasado de producir un mayor número de bienes de consumo para incidir en los de equipo. Esta es una buena noticia para asegurar el crecimiento futuro.

En el extremo contrario se sitúan Murcia, Galicia y Canarias, donde la inversión en bienes de equipo se reduce en tasa interanual y, al mismo tiempo, se incrementa la de bienes de consumo. Esto respalda el ritmo de crecimiento actual, pero pone en riesgo el del futuro, ya que significa que tiene una mayor influencia el consumo que la inversión cuando, en los próximos trimestres, pesará más ésta sobre aquél, debido al efecto multiplicador de los bienes de equipo.

En suma, no importa tanto cuánto estemos creciendo ahora, sino en qué medida lo hagamos en el futuro. Para eso es necesario invertir. Este buen momento coyuntural no debe cegarnos la visión a largo plazo, ya que eso lastraría las oportunidades potenciales, además de ocultar los graves desequilibrios que sigue sufriendo la economía española como son el desempleo y el alto endeudamiento. 

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