¿Has expedido ya tu carné de liberal?
27 de diciembre de 2019

Uno de los errores que solemos cometer los liberales es pretender que todo el mundo piense como nosotros. No mires hacia otro lado, te estoy hablando a ti. Aunque lo hayas hecho sin darte cuenta, seguro que alguna vez lo has intentado.

Ser liberal implica, por definición, no imponer. Esto no quiere decir, sin embargo, que no podamos argumentar para intentar que otras personas cambien de parecer. Pero jamás obligando. Siempre bajo el arduo y doloroso proceso de pensar con la cabeza, construir la casa por los cimientos, y tratar de entender nuestra forma de actuar. Un proceso, todo sea dicho, no exento de equivocaciones difíciles de asimilar.

Caminos y rumbos por ideologías

La izquierda tiene muy marcado el camino que marca su rumbo. Un camino, al menos en teoría, repleto de renuncias, de quitarle a unos para darle a otros, de mirar por el pobre y arrebatar al rico lo que creen que nunca le debió pertenecer. Frenar al rápido e impulsar, aligerarle el peso, al débil, poniéndoselo al fuerte. El rumbo final desemboca en una especie de jardín del edén, lleno de puñados de rosas.

La derecha, en la misma línea, pero en distinto sendero, parece tener claro su destino. Uno poderoso, que sitúe a sus ciudadanos por encima del resto. La derecha necesita la autoridad, la nación y la bandera. Símbolos que reflejen la familia, el paisano, las reglas y la tradición en la cima de una montaña lo más alta posible.

Los que se inclinan por el centro no tienen camino. A veces, deciden saltar la valla para transitar por el lado que más probabilidad les otorgue de vivir un final feliz. Vaya por delante que, en ningún caso, lo anterior supone una crítica. Es igual de respetable, máxime cuando resulta fácil que te tilden de chaquetero.

Y describiendo caminos, rumbos y destinos, ahí están los liberales, repartiendo carnés. Un guardia en la puerta que, al verte sin él, ni siquiera te pregunta por qué quieres andar por allí. Directamente, te aparta y sigue pasando lista. El resto de ideologías, por su idiosincrasia, se lo pueden permitir, pero ese lujo no cabe para un liberal, y menos con la facilidad pasmosa con que lo ejercemos. Como si la cantidad de liberales que saben que lo son fuera gran cosa.

Un toque de atención

Esto debe entenderse como un toque de atención. Por haber dicho a los demás qué es ser liberal y lo que no. Por haber pensado que el liberalismo se trataba de algo estático, fijo, inmutable.

Cuando me topé con esta corriente de pensamiento, me invadió una avalancha de curiosidad y tranquilidad. Por fin, había encontrado una ideología con la que sentirme identificado, unos valores, un criterio, una coherencia. Quizá, por aquello de formar parte de algo. Por supuesto, no sabía dónde me estaba metiendo. A veces, preferiría sentirme identificado con la izquierda o con la derecha, por el simple hecho de no tener que estar constantemente preguntándome si lo que hago, lo que pienso, o lo que me gustaría que fuera resta libertad a los demás.


A veces, preferiría sentirme identificado con la izquierda o la derecha, para no tener que estar preguntándome si resto libertad a los demás


Como soy humano, también tengo impulsos, me equivoco unas cuantas veces al día, y, a veces, reacciono de una forma que no se corresponde (creo) con la de un liberal. Pero, aun así, decido serlo. Precisamente porque sé que aquel impulso o aquella reacción no se sostendría ni con un pilar de hormigón armado.

El camino empieza con unas cuantas preguntas: ¿por qué pienso así? ¿Se puede sostener lo que pienso? ¿Realmente pienso eso, o estoy intentando argumentarlo para llevar razón?

Qué triste cuando, incluso, intentamos imponer la neutralidad y la tolerancia. ¿Qué es neutro? ¿Qué hay que tolerar y qué no? ¿Por qué? Somos tan diversos y complejos. Por mucho que siga leyendo, me abruma la gran cantidad de cosas que tenemos grabadas en la cabeza simplemente por cultura. Quizá, asumir que uno no tiene respuesta para todo eso es lo que te empuja a convertirte en liberal. O igual, ser liberal consista en respetar respuestas aun cuando aunque no estés de acuerdo.

De lo anterior extraigo varias conclusiones:

  • A mayor cantidad de información, menos certezas encuentro.
  • Si no existen dos personas iguales, ¿qué sentido tiene pensar que existe un único tipo de liberalismo?
  • Actúa como prefieras, mientras no coartes la libertad de otros. Libertad de creencia, de pensamiento y de acción.

Publicaciones relacionadas