España: más que sol y playa
3 de mayo de 2017
Por admin

Que España sea el país más competitivo del mundo desde el punto de vista turístico no es casualidad. Gracias a sus fascinantes recursos naturales, las confortables infraestructuras del sector, su atractivo para los viajes de negocio y su seguridad frente a otros paísesmediterráneos, nuestro país, por segundo año consecutivo, vuelve a liderar el ranking del Foro Económico Mundial.

La fortaleza del sector turístico, cuyo Valor Añadido Bruto (VAB) creció en el inicio de 2017 un 4,1% anual (por encima de las previsiones para la actividad total española), sigue sustentada por el fuerte aumento del turismo extranjero. De acuerdo a los indicadores de Exceltur, la demanda interna ha caído, mientras que la foránea ha mantenido excepcionales incrementos, tanto en afluencia como en ingresos.

Vocento

En términos generales, el número de viajeros sigue aumentando en todas las comunidades, aunque con diferencias entre ellas. Si tomamos como referencia los dos primeros meses del año entre 2015 y 2017, observamos que la tasa más baja de crecimiento se sitúa en un 3,14% y corresponde a La Rioja, siendo la media nacional de un 8%. A la cabeza se hallan Aragón (debido a la buena temporada de los deportes de nieve), Cantabria y País Vasco, mientras que la vecina Asturias, con un incremento similar del nivel de empleo, solo consigue crecer la mitad en viajeros.

Si nos fijamos en cómo ha variado la cantidad de personal empleado, vemos que también se ha incrementado, aunque con peculiaridades. En comunidades autónomas donde el principal atractivo es el sol y la playa, como Baleares y Canarias, el crecimiento del turismo se acompaña de un incremento más que proporcional de los trabajadores contratados en el sector. Esto pone en riesgo la calidad del empleo que se crea y, en consecuencia, del servicio que se presta.

En cambio, en las tres regiones citadas donde más aumenta la afluencia de turistas, el repunte del empleo es mucho menor en comparación con comunidades de atracción costera. El motivo que explica este comportamiento es el aumento de la productividad, es decir, el uso de las nuevas tecnologías, que permiten que tanto restaurantes como hoteles puedan satisfacer las necesidades de sus clientes con una plantilla menor, lo que redunda en un abaratamiento de costes y una mayor eficiencia.

Prestemos especial atención al caso de Baleares, donde el número de empleados en enero y febrero, entre 2015 y 2017, ha crecido un 14,37%, muy por encima de la media. Esto quiere decir que, en estas islas, el incremento de la demanda turística y el de la mano de obra han marchado parejos: mayor número de personas a disposición de los turistas, y, en contrapartida, muy pocos o nulos incrementos de productividad. Este capítulo es el que habría que cuidar si queremos que el turismo siga siendo el gran motor de la economía española. El sector haría bien en trabajar el valor añadido, haciendo hincapié en la mejora de sus servicios e infraestructuras, y no fiar todo su éxito a que los turistas se sientan atraídos por tomar cerveza a la orilla del mar. 

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