Entrevista a John Müller: «El estado del bienestar no debiera dar igual a todos»
11 de febrero de 2015
Por admin

La imagen de Velarde, uno de los leones que custodia las puertas de Congreso de los Diputados en Madrid, aparece malherido en la portada de Leones contra dioses, la última obra de John Müller González, (Osorno, Chile, 31 de agosto de 1964), escritor y columnista en El Mundo. Las muletas, el collarín y los apósitos que luce por todo el cuerpo dan pie a este escritor, director adjunto en El Mundo hasta diciembre de 2013, a realizar una metáfora de lo que ha sucedido en nuestro país: los leones, los políticos han tenido que enfrentarse a los dioses mercados en una lucha, en ocasiones, desigual. Ayer, invitado por el Think Tank Civismo, presentó esta obra en la que desgrana la actuación de los dos últimos presidentes de la democracia española, José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy, ante la prima de riesgo, “el agente reformista más importante que ha existido en los últimos años en la democracia española” y que en julio de 2012 superó todos los registros al alcanzar 639 puntos básicos. Los leones ganaron esta batalla. El Banco Central Europeo (BCE) rescató a la banca y no al conjunto de la economía. De Zapatero destaca que supo “rectificar su política imprudente y osada de gasto público para convertirse en un adalid de la estabilidad presupuestaria aprobando una reforma constitucional”. Y de Rajoy aplaude que evitó un rescate que hubiera traído nefastas consecuencias para la democracia pero lamenta que ha “perdido la oportunidad de modernizar España”. 

¿Qué tipo de leones tenemos en nuestro país? ¿De circo, como los de Ángel Cristo, un tanto domesticado o fieros ante los que hay que andar precavido?

Tenemos de varios tipos. Fieros muy pocos, más bien malhumorados. Tenemos un tipo de león domesticado que entra por las puertas giratorias al reino de los dioses. Entran en los consejos de administración y se entienden muy bien con los dioses de los mercados. Y luego, hay otro tipo de leones, el grueso de la clase política, que son funcionarios. Tienen la virtud de estar a ambos lados de la ecuación. Pueden ser funcionarios de la administración o pueden ser políticos electos. Participan en política con un seguro de vida. Esto crea una cultura política muy singular en España: conservadora, regulacionista, y dondE la mayoría de estos leones creen que su trabajo se
puede ejercer sin un requisito fundamental en otras latitudes que es liderazgo.

Este escenario que pinta, con leones que no tienen que dejarse la piel para sobrevivir ¿no resulta un tanto peligroso?
Uno de los grandes problemas institucionales de nuestro país es este tráfico tan fluido entre el funcionariado y la política. El león británico, por ejemplo, o es funcionario o es político. Es una separación muy saludable.

Esta convivencia existía hasta hace no mucho en las cajas de ahorro. En el caso de la Can, ¿hasta que punto son responsables sus gestores y hasta que punto lo son los mercados de lo que ha pasado?

Los gestores de las cajas eran los máximos responsables. Su actividad se basa en el mercado, por lo tanto, ellos tenían la obligación de leer las señales de los mercados y actuar en consecuencia. Ha habido problemas de gestión del riesgo y de honorabilidad o lealtad en la gestión. El tema de las cajas en España, excepto La Caixa o Kutxabank, ha sido un desastre. Querían demostrar que lo hacían mejor que la banca y cayeron en la burbuja inmobiliaria. Sus gestores son plenamente responsables.

Su libro también habla de oportunidad pérdida. En un principio, que no rescataran al conjunto de la economía parece positivo. Ahora bien. ¿Usted interpreta que al no habernos rescatado no se han acometido todas las reformas necesarias para que nuestra economía sea plenamente competitiva?

Ese es uno de los factores que contribuyen a la vulnerabilidad de la situación española. La prima de riesgo fue el agente reformista más importante que ha existido en los últimos años en la democracia española. Llegó a amenazar el confortable sofá en el que se sientan los leones. Las reformas no han sido lo suficientemente profundas para haberle cambiado la cara a España y haber corregido alguno de los atavismos históricos que lastran el desarrollo de nuestro país. El no haber hecho esas reformas
en profundidad es una vulnerabilidad.

¿A qué se refiere?

Si se presenta una coyuntura adversa la sociedad española está peor preparada para afrontar una
crisis que antaño. Tenemos más deuda pública, un paro que se ha ido consolidando, una crisis que ha sido larguísima y ha dejado en el hueso el ahorro de las familias. Estamos en un país que si mañana sube el precio del petróleo, se encarece
el euro o suben los tipos de interés… lo pasaría mal.

¿Por qué no se han hecho esas reformas tan necesarias?

Rajoy intuyó bien que el rescate total iba a provocar un trastorno político mucho más grave que cualquier crisis económica. Probablemente la ruptura de la legalidad democrática, que iba a ser cuestionada, por el mismo modo que se está cuestionando la transición democrática. Ya no sólo hubiéramos perdido nuestro dinero sino que también hubiéramos perdido nuestra casa democrática.

¿Habla de Podemos?

No es la primera vez que hay populismo en España. Hemos tenido un populismo de derechas., como por ejemplo, Jesús Gil en Marbella. La novedad de Podemos es que ha importado ideas y tácticas del populismo latinoamericano, que se refleja en la propensión del uso de medios de comunicación como la televisión, o en postularse como legítimos conductores del pueblo que antepone a los de arriba y los de abajo. Es un discurso que se apunta al conflicto, a la persecución y al acorralamiento del adversario.

¿Cuál es el modelo económico por el que pasa el futuro?

El Estado del bienestar debe ser sostenible. No podemos seguir emitiendo deuda para financiar nuestro gasto corriente. Hay que ir a un modelo económico más liberal. El Estado tiene que tener
una participación menor en la economía y dejar un mayor espacio a la iniciativa privada, sobre todo en sectores que ahora se prestan de manera monopolista. Cuando digo que hay que volver lucrativos determinados sectores como la sanidad o la educación quiero decir que el Estado del bienestar no debe dar exactamente lo mismo a todos. Hay algunos que necesitan más que otros. Está comprobado que España distribuye demasiados recursos en sectores que no lo necesitan tanto como otros. Deberíamos optimizar y socializar mejor el gasto social en las personas que lo necesiten.

¿Podría explicarse?

No tiene sentido es que haya tantas capas de la clase media en las que se están destinando recursos sociales para satisfacer necesidades que ellos pueden costear.

¿Por ejemplo?

Creo que en las pensiones hay que pasar a un modelo de capitalización. Suponen una carga para el Estado por la vía de la solidaridad intergeneracional. Creo que ya hay bastante solidaridad con la sanidad y la educación gratuita. Sanidad, educación y pensiones son tres opciones difíciles de compatibilizar. O el Estado se concentra en la educación y la sanidad o las cotizaciones sociales se convertirán en el peor impuesto que gravará nuestra economía.

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