Endeudarse compromete el futuro
7 de mayo de 2017
Por admin

Durante los últimos años, España ha acumulado una ingente cantidad de deuda. Tanta que roza el 100% del PIB, y, según la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal, hasta 2037 no volverá a los niveles que marca Bruselas para asegurar la estabilidad financiera (el 60% del PIB). Esta situación es todavía peor entre las regiones, dado que el volumen de pasivos computables se ha más que cuadruplicado en los nueve años de crisis, y no se reducirán a los niveles de 2007 hasta el año 2065. Eso, si todo va bien. Y este exceso de deuda, de cerca de 215.300 millones de euros sólo entre las Comunidades autónomas, que tendrán que pagar casi dos generaciones de españoles, ¿para qué?

En los años 2008 y 2009, el Gobierno de Rodríguez Zapatero nos vendió la idea de que era necesario acometer un gran esfuerzo presupuestario para compensar el desplome de la actividad en la vivienda y evitar que el desempleo se disparase. Objetivo fallido; como pudimos comprobar más adelante. Y de 2010 en adelante, algunos economistas se afanaron en explicarnos que los recortes para frenar el ascenso de la deuda debían hacerse con cuentagotas puesto que, de otra forma, se laminaría el crecimiento del PIB. Nueve años después, los datos demuestran que la economía no funciona así. todo este endeudamiento no ha servido para nada, en términos de empleo y actividad económica, aunque el pago de intereses sí podría tener enormes repercusiones.

Vocento

Si se observa la acumulación de deuda de las comunidades autónomas durante estos nueve años y se compara con el crecimiento económico, se comprueba que las comunidades que más se han endeudado han sido precisamente las que menos han crecido, y viceversa. Madrid, por ejemplo, la región que menos pasivos ha acumulado entre 2007 y 2016 en relación a su PIB, ha sido donde más ha avanzado la economía en este periodo, un 5,6%. Y las otras dos comunidades donde más ha crecido la actividad, Navarra y País Vasco, también han emitido menos deuda que la media española. Por el contrario, el PIB se ha resentido gravemente en las tres regiones que más obligaciones acumulan en esta etapa: Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana y Cataluña. Todas ellas han gastado en exceso, por valor del 30% de su PIB, y en todas ellas la economía ha caído en tasas que ascienden al 3,8% en el periodo.

Naturalmente, hay comunidades con fuertes emisiones de deuda que han salido adelante (Murcia y Baleares), y otras que han sufrido una crisis más severa que la media pese a no haber disparado tanto el gasto público (Cantabria y, en menor medida, Asturias y La Rioja, sobre todo), pero esto no significa que pedir prestado tanto dinero les haya ayudado. Al contrario, la estadística agregada de todas las comunidades durante estos años muestra que, quizá, podrían estar disfrutando de mayores niveles de empleo y actividad económica si no hubieran acumulado tanto déficit. Además, la deuda es un factor importante, pero no tanto como el auge del turismo en estos últimos años o el desplome de la construcción, lo que provoca que haya tantas desviaciones de la norma. No obstante, esto no rebate la tesis principal: que emitir esta enorme cantidad de deuda no ha servido para nada, ya que no ha apoyado la actividad económica, y, en cambio, la carga de intereses nos perseguirá durante medio siglo. ¡Menuda herencia dejamos a nuestros nietos!

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