El crecimiento en un 2017 incierto
3 de diciembre de 2016
Por admin

Los últimos datos publicados sobre la evolución de la economía mundial son bastante más positivos que hace unos meses. La semana pasada, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE) revisó al alza las previsiones del crecimiento mundial para 2016, hasta el 2,9%, y prevé un avance del 3,3% en 2017 y un 3,6% en 2018.

Por otro lado, el Índice de Sentimiento Económico, elaborado por la Comisión Europea, también muestra síntomas de mejora. Ha vuelto a crecer en noviembre, marcando un nuevo máximo en el año. Por su parte, la consultora Markit confirmó signos de recuperación económica en el viejo continente: el índice compuesto de gestores de compras (PMI, por sus siglas en inglés) de la UEM cayó desde los 54,3 puntos de diciembre hasta los 53,6 puntos en enero. Tanto el sector manufacturero como el de servicios han marcado unos ritmos de expansión más lentos que en meses anteriores. Así, en noviembre, según los últimos datos publicados por Markit, el índice PMI de la industria sigue subiendo y alcanzó el mayor nivel desde hace cuatro años (54,7).

La OCDE prevé mayores tasas de crecimiento para 2017, tanto para España como para algunos países emergentes, como por ejemplo India, del que se espera que pase del 7,4% en 2016 al 7,6% el año próximo, y a 7,7% en 2018. La tendencia es inversa para China, cuyo PIB aumentará un 6,7% este año, un 6,4% en 2017 y un 6,1% en 2018.

Por lo que se refiere a EEUU, en el tercer trimestre de este año, su economía creció un 3,2% anualizado, frente a una media del 1% en los tres anteriores. En su informe de perspectivas publicado este lunes, la OCDE revisa al alza las previsiones sobre el producto interior bruto (PIB) de este país para el año próximo, hasta el 2,3% (dos décimas más), elevándolo al 3% en 2018.

Un crecimiento que se debe en parte a los planes de reactivación presupuestaria prometidos por Donald Trump. El nuevo presidente tratará de dar un impulso a las inversiones en infraestructuras, por valor de 550.000 millones de dólares (la mitad del PIB español), y de recortar los impuestos de las empresas, al tiempo que anima a dedicar más gasto público a la formación de parados. Pero este estímulo positivo podría quedar neutralizado por las barreras proteccionistas. Poner trabas a los intercambios comerciales tendría el coste de hacer caer el PIB a nivel global, ya que reduciría la asignación eficiente de recursos en la cadena de valor de la producción mundial.

Así, los organismos internacionales están proponiendo una mayor inversión pública por parte de los Estados para reactivar la economía mundial, algo que consideran posible debido a las bajas tasas de interés que todavía existen en estos momentos. También en Europa, especialmente en Alemania, sobre todo en infraestructura de calidad. Porque, a pesar de que, como hemos dicho, los indicadores muestran señales positivas en las economías de la UE, las previsiones de la OCDE para 2017 de los principales países europeos son muy bajas: Alemania (1,7%), Francia (+1,3%), Reino Unido (+1,2%) e Italia (0,9%).

Sube el precio del petróleo

Así las cosas, y coincidiendo con el final del año, parece que la economía mundial se podría acelerar en 2017, ayudando a la recuperación. Además de las políticas fiscales expansivas, se prevén precios más altos del petróleo y de las materias primas, algo que, si bien perjudican a los países que las importan, mejora las perspectivas de los exportadores, algunos de los cuales necesitan oxígeno para superar las penalidades que han sufrido en los dos últimos años (por ejemplo, Rusia, Venezuela o Nigeria).

Por tanto, el panorama para 2017 de los países miembro de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) resulta alentador. Se han puesto de acuerdo en reducir su producción en 1,2 millones de barriles diarios, con la pretensión de lograr un incremento de su precio. No obstante, para que esta medida tenga el efecto esperado, los países productores no pertenecientes a la OPEP, como Rusia o EEUU, deberían disminuir también su producción, en unos 600.000 barriles diarios. La noticia de la decisión de la OPEP, publicada la semana pasada, ocasionó que el precio del petróleo Brent se incrementara en un 9% y sobrepasara nuevamente la barrera de los 50 dólares, hecho que además impulsó las cotizaciones de todas las empresas de este sector. Por lo anterior, los analistas vaticinan que, durante la primera mitad de 2017, el precio de este recurso no renovable se mantenga cercano a 55 dólares el barril, aunque Goldman Sachs espera que durante la segunda mitad del año el precio se modere debido a la reapertura de nuevos pozos.

Cambios en el panorama político

Las nuevas alianzas susceptibles de forjarse en 2017 entre Rusia y EEUU, o mejor, entre Putin y Trump, podrían bajar el termómetro de los conflictos del Oriente Medio, causantes por demás de la gran inestabilidad política y bélica en la región, así como de que un sinnúmero de persona inocentes hayan perdido sus vidas o sido desplazados de sus lugares de origen.

De problemas y preocupaciones no se librará un viejo continente cada vez más decrépito. Por una parte, el Brexit, resultado de un claro nacionalismo, alumbrará más proteccionismo y la creación de barreras migratorias. A este respecto, se requiere una negociación meticulosa y delicada entre Reino Unido y la UE, pero diligente también, para no prolongar de forma innecesaria la incertidumbre sobre el futuro de sus relaciones economicas, máxime cuando su interconexión financiera es tan estrecha e intrincada.

En esta misma área geográfica tenemos, en 2017, las elecciones de sus dos economías más fuertes: las de Francia y Alemania. La lucha por la presidencia de la República francesa entre François Fillon y Marine Le Pen puede tener consecuencias catastróficas para el futuro de la UE. Fillon propone cambios radicales en la fiscalidad, la jornada laboral, la edad de jubilación, así como acercamientos a Rusia. Por su parte, Marine Le Pen se muestra más nacionalista y con una mano más dura en lo referente a la contratación de extranjeros. Por otro lado, en el caso de Alemania tenemos por cuarta vez consecutiva a Angela Merkel como la candidata más fuerte para el cargo de canciller, con el apoyo de más del 60% de la población. Sin embargo, la populista Alianza para Alemania cuenta cada vez con más adeptos.

España: las tareas pendientes

En España, las previsiones también se están revisando al alza. En 2017, nuestra economía seguirá en una fase expansiva, a pesar de que el crecimiento económico y la creación de empleo van a ser menos intensos que en 2016. En este sentido, el Gobierno y los Servicios de Estudios siguen elevando sus estimaciones para el año próximo, hasta el 2,8%, un crecimiento superior, por tanto, al de la media de los países de la zona euro (+1,5%).

El año que viene, la presidencia de Donald Trump, junto con el comienzo de las negociaciones de Reino Unido para salirse de la UE, va a suponer, también para España, una reducción del comercio internacional.

Ante este panorama plagado de incertidumbres, ¿qué tiene que hacer el Gobierno de España durante el próximo año? 1) Insistir en la necesidad de un sistema educativo que premie la excelencia y que mejore la productividad de los trabajadores, 2) Dotar a nuestras empresas de más innovación (aumentando, por ejemplo, la inversión en I+D, ya que llevamos cuatro años reduciendo la ratio de I+D/PIB ), 3) Favorecer la inversión directa extranjera, 4) Eliminar el déficit público, 5)  Conseguir una energía más barata, 6) Alcanzar una mayor unidad de mercado y 7) Tomarse más en serio la necesaria apuesta de nuestras empresas por la digitalización: robótica, impresión (fabricación) en 3D, realidad virtual aumentada, visión artificial, internet de las cosas, almacenamiento de la información en la nube, ciberseguridad, Big Data, logística etc.). 

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