¿Cuánto tiempo trabajas para el Estado?
12 de mayo de 2013
Por admin

Un trabajador canario necesita 128 días para cumplir con sus obligaciones tributarias o, dicho de otro modo, destina 128 días a pagar todos sus impuestos, por lo que tendría que trabajar desde el 1 de enero hasta el 8 de mayo para el Estado. A partir de entonces, es cuando comienza a generar dinero para sí mismo.

Así se recoge en el estudio que Think Tank Civismo presentó esta semana llamado Día de la Liberación Fiscal o Tax Freedom Day, como se conoce en el mundo anglosajón, que es la fecha en la que los ciudadanos habrían generado suficientes ingresos como para pagar todos los impuestos.

De acuerdo con este estudio anual un ciudadano español con una renta media de 24.400 euros brutos al año, estaría destinando 54 días a pagar el IRPF, 32 al IVA, 23 a la parte de la Seguridad Social que sale de la nómina del empleado, 14 a los impuestos especiales, y 7 a otros impuestos. En total, destinaría 130 días de su trabajo, o lo que es lo mismo 8.667 euros, a pagar a la Administración. Además, las subidas de impuestos del último año han provocado que el ciudadano trabaje seis días más de media para el Estado. En el caso de un canario son cuatro días más lo que destinará en 2013 a pagar sus impuestos con respecto al año 2012.

El presidente de Think Tank, Julio Pomés, explicó que la presión fiscal soportada por los contribuyentes varía en función del nivel de renta, de los hábitos de consumo y de la comunidad autónoma en la que se reside.

“Si solo se mira el porcentaje de impuestos que se pagan en cada territorio, podría parecer que aquellos que tienen una renta más alta son los que tienen también mayores impuestos: una premisa falsa”, indicó. De hecho, a mismo nivel de renta, con circunstancias personales y hábitos de consumo parecidos, las diferencias de una comunidad a otra pueden llegar hasta los 12 días entre el País Vasco (la comunidad con menor presión fiscal) y Cantabria (la de mayor)”. Pomés señaló que esta diferencia se debe, especialmente, a que en Cantabria, el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) está muy por encima de media nacional. Pomés recordó que este informe debe servir para que los políticos sean “más responsables” con el dinero público, para que los contribuyentes sean conscientes de lo que cuesta mantener el Estado del Bienestar y, por último, para estimular la competencia fiscal entre las comunidades.

¿A DÓNDE VA TU SUELDO?

Además del IVA (IGIC en el caso de Canarias), IRPF, la parte de la Seguridad Social que sale del salario bruto del empleado y los impuestos especiales, hay que añadir un extra del 29,9% del sueldo bruto que es lo que cotizaría la empresa. Esto significa, detalló Pomés, que si el dinero que paga la empresa por cada trabajador estuviera incluido como parte del suelto bruto, el empleado percibiría un salario anual un 29% más elevado.

Y si estas cotizaciones se suman a la carga fiscal del trabajador, “el día de la liberación fiscal se retrasaría hasta el 3 de julio”. “Se trata de un dinero que no aparece en la nómina, pero que si lo hiciera, estaríamos trabajando más de medio año (183 días) solo para el Estado”.

En opinión de Pomés, “los políticos son culpables de la oscuridad del sistema impositivo no tanto de la carga” y matizó, “el 60% de la tributación sobre el trabajo está oculta y no aparece en la nómina. Si los trabajadores lo supieran, se escandalizarían”, subrayó.

PRINCIPIOS DE UN ‘BUEN’ SISTEMA FISCAL

El informe de Think Tank Civismo hace una serie de recomendaciones para tener un buen sistema fiscal. En opinión de su presidente, Julio Pomés, hay que tener en cuenta la proporcionalidad: cada persona debería pagar un porcentaje proporcional (no progresivo) de su renta, cumpliendo con la equidad impositiva. Además, “los impuestos deberían ser previsibles; que no se establecieran de manera arbitraria, evitando las exenciones y deducciones establecidas en función de la fuente de ingresos”. El sistema tampoco debería crear incentivos para eludir los impuestos y tiene que ser “sencillo” para minimizar el coste de recaudación.

Según Paying Taxes 2013, en España, una empresa dedica 167 horas al año a pagar impuestos (aproximadamente un mes de trabajo). Como ejemplo, las empresas de Suecia o Luxemburgo, dedican 59 y 63 horas, respectivamente, a lo mismo, tres veces menos que en España. Este estudio revela que reducir la complejidad del sistema impositivo elevaría, de media, el PIB en un cuarto punto. “Un buen sistema”, continúa Pomés, “se caracteriza también por una presión fiscal que no desincentiva el trabajo y la inversión”. No obstante, insistió en que la “estabilidad” es otra característica importante, junto con una política fiscal “coherente” y que se “mantenga a largo plazo”.

La renta española, gravada como en Suecia

El estudio analiza la situación del trabajador medio español en el entorno de la Unión Europea (UE) y así revela que, el tipo impositivo aplicado en España (con el 40,38%) sobre una renta media de 1.600 euros netos, es parecido al que se aplica en países como Suecia o Finlandia.

No obstante, Julio Pomés destaca una diferencia crucial: “El sueldo medio de estos países casi duplica a la renta de un trabajador en España”. Por ejemplo, mientras que el salario medio neto mensual de un español está en 1.628 euros, el de un sueco alcanza los 2.742 y el de un trabajador de Luxemburgo supera los 3.000 euros. “Una vez más, la fiscalidad española queda en evidencia por gravar las rentas medias y bajas muy por encima del nivel correspondiente”, dice Pomés. Aún así, las rentas altas tampoco se libran.

Según aparece en el informe, España es uno de los países de la Unión Europea en los que el tipo máximo del impuesto sobre la renta es más elevado (56%) al mismo nivel que Dinamarca (con el 55,6%) y solo superado por Suecia (56,6%). Según el informe de Taxing Wages de la OCDE, España ha sido el país que, en el último año, más ha subido la presión fiscal sobre las rentas: un 1,42%, por delante de Polonia (1,19%) y Eslovaquia (0,8%).

El informe analiza también la presión fiscal que soportan las parejas con hijos y el resultado vuelve a ser demoledor para España.

Las parejas con hijos y un único sueldo soportan, en nuestro país, una presión fiscal muy por encima de la media de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) 9,3 puntos y de Alemania (1,2).

De hecho, en los últimos tres años este grupo de contribuyentes ha sido el más castigado por la subida de impuestos.

Asimismo, la carga fiscal de una persona soltera con hijos duplica a la media de la OCDE.

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