Muchas veces los economistas subrayan la importancia que tiene el cambio de una décima en las cifras macroeconómicas, por ejemplo, el Producto Interior Bruto (PIB). Sin embargo, las variaciones minúsculas apenas impresionan al gran público. Aún así, existen razones muy poderosas para preocuparse por este diferencial. Su acumulación a lo largo de los años puede generar una brecha significativa. Por ejemplo, entre 2011 y 2015 la economía de Madrid habrá crecido un 4%, mientras que la asturiana se habrá hundido un 6%. Esto supone que cada madrileño disfrutará este año de 3.100 euros adicionales respecto a si su territorio hubiera seguido la senda del Principado.
El cálculo que se presenta suma las variaciones de los años de la legislatura que ahora culmina, lo que resulta muy revelador de cara al ejercicio del voto ahora que se acercan las elecciones. Para 2014 se han tomado las estimaciones del Centro de Predicción Económica (Ceprede), dado que la contabilidad oficial no está todavía cerrada. Y para 2015, a la vez, se han seguido las previsiones del BBVA actualizadas en las últimas semanas. El conjunto de comunidades se distribuye en tres grupos: aquellas que tienen un cierto crecimiento (más del 1% acumulado entre 2011 y 2015), las que quedan prácticamente estancadas en su avance (crecen menos de un 1%) y aquellas que incluso retroceden en el conjunto del periodo, a pesar de las prometedoras perspectivas para el año actual.
En primer lugar, Baleares y Canarias sufren una pérdida muy moderada frente a Madrid, pero todo su crecimiento lo ha proporcionado el turismo. Este sector exige conocer su evolución en los próximos años, tiempo en el que la demanda extranjera ya no será un factor tan determinante. Un poco por debajo aparecen Cataluña y Navarra, que han tenido un cierto crecimiento, pero que han perdido hasta 833 euros por persona respecto a la evolución de la comunidad madrileña. Esta cantidad supone una mensualidad en determinados trabajos.
Más adelante, Castilla-La Mancha, Andalucía, País Vasco, Castilla y León y también La Rioja rozan el estancamiento. Se podría decir que están viviendo una recuperación muy insegura, pues dependen de factores externos, como que el precio
del petróleo siga a la baja, y no tanto de la política regional aplicada. El problema es especialmente grave en País Vasco, que cuenta con una potente industria exportadora y, en lugar de convertirse en la Alemania española, se ha quedado rezagada. En dicho grupo las pérdidas ascienden hasta los 1.200 euros al año respecto a los datos de Madrid.
Finalmente quedan las regiones que ni siquiera han podido aprovechar el contexto favorable. Se trata de Extremadura, Murcia, Comunidad Valenciana, Galicia, Aragón, Cantabria y Asturias. Es cierto que algunas partían de unas graves crisis
inmobiliarias, como es el caso de la Comunidad Valenciana y Murcia, pero eso no sucedía en el resto. Por un lado, Aragón y Extremadura crecerán este año al mismo ritmo que la media o por encima, pero lo harán después de haberse dejado
hasta 1.300 euros de renta per cápita por el camino. Por otro, Asturias, Cantabria y Galicia seguirán también rezagadas en 2015; y eso después de que cada asturiano haya perdido ya 2.100 euros respecto a la evolución de Madrid.
Parece claro que las políticas populistas de los gobiernos y la falta de iniciativa ciudadana siempre se pagan.
