Emprendimiento
13 de diciembre de 2020

Un dato muy revelador de las expectativas que le aguardan a la economía de un territorio es la cantidad y tamaño de las empresas que se constituyen y, dentro de eso, el desembolso realizado es el factor más indicativo. Cuando hay confianza y, además, en el horizonte no se advierten riesgos para los inversores, el emprendedor se hace autónomo o crea una sociedad limitada o anónima. Fundar una empresa no solo supone descubrir y apostar por un nicho de mercado novedoso, con demanda y un margen de rentabilidad, sino también detectar los puntos débiles.

La primera variable relevante a la hora de abrir un negocio es el clima de certidumbre social y económica del lugar donde se quiere radicar la compañía. Según las previsiones de la OCDE para sus miembros, se observa que las del nuestro resultan desalentadoras. Tras Argentina, España experimenta el mayor descenso de PIB en 2020 (11,6%). También estamos en la cola del crecimiento, tanto para 2021 (5%) como para 2022 (4%), por lo que somos uno de los países a los que más años le va a costar recuperar la situación de 2019. Además, resulta alarmante un crecimiento de la deuda pública de 186.000 millones y un déficit presupuestario para 2020, según BBVA Research, del 13%, lo que supera el importe de los fondos que llegarán desde Bruselas.

Además de esas nefastas referencias económicas, el tándem Sánchez-Iglesias despierta inseguridad jurídica. Estos políticos parecen obsesionados por un igualita rismo radical, lo que los lleva a violentar la propiedad privada, tal como se ve con sus tentativas de gravar más el patrimonio o prohibir los desahucios. Cuando se está en el furgón de cola, una comparativa internacional tiene menos interés que la de las regiones españolas, por ser estas enormemente variadas. Por esta razón, con ayuda de los registros mercantiles, procedemos a analizar los desembolsos para la constitución del conjunto de sociedades, desglosados por regiones. Los datos totales de los últimos años son de 5.262 millones en 2017, de 5.161 en 2018, de 5.612 en 2019, y de 3.420 en los nueve primeros meses de 2020. Esta secuencia revela que, aunque en el cuarto trimestre se haya producido alguna recuperación, el desplome de este ejercicio será impresionante.

Fuentes: Colegio de Registradores de España e INE

Si comparamos los desembolsos para constituir empresas en el segundo y tercer trimestre de 2020 con el mismo período de 2019, se puede determinar cómo ha golpeado el covid a cada comunidad. En total, se han dejado de invertir 658,64 millones, es decir, un 28,19% menos. Navarra es la comunidad en la que, en proporción, más ha bajado la inversión societaria: un 91,54%, seguida de Valencia (79,76%) y Castilla y León (68,35%). Por el contrario, ha crecido en Cantabria (226,52%), Canarias (195,43%) y Extremadura (70,91%).

’Si se analiza en cuántos millones de euros han aumentado estos desembolsos respecto al tamaño económico de la comunidad, obtenemos que, por cada punto con el que cada región contribuye al PIB nacional, en proporción, la Valencia es el farolillo rojo (- 52,7 millones por punto de PIB), mientras que en el extremo contrario se halla Canarias (29,32 millones). La conclusión es clara: no todas las comunidades están igual de mal.

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