Cada español destina 6 meses de su sueldo a pagar impuestos, sólo 2 días menos con la reforma de Montoro
30 de junio de 2015
Por admin

Desde el 1 de enero hasta este miércoles 1 de julio. 184 días. Casi la mitad de un año. Es el tiempo que dedica de media cada español para cumplir con sus obligaciones tributarias y fiscales. Un 49,8% del año trabajado íntegramente para el Estado, las comunidades autónomas y demás entidades locales, según un estudio del think tank Civismo. Este gabinete, de origen navarro y con marcada orientación liberal, celebra que el miércoles 1 de julio será el primer día del año en el que un ciudadano medio deje de pagar sus impuestos para pasar a disponer plenamente de su renta.

Es el llamado Día de la Liberación Fiscal, fecha en la que los contribuyentes se pueden olvidar de abonar el IRPF, las cotizaciones a la Seguridad Social, el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI), el IVA, los impuestos especiales y muchos otros, que son las cargas fiscales que tiene en cuenta Civismo para calcular cada año -desde hace ya seis- cuándo llega la liberación fiscal para el ciudadano. En 2015, y por primera vez en los últimos cinco años, el día Tax Freedom Day, como se conoce en el mundo anglosajón, se adelanta dos días y baja de los máximos históricos de otros años.

¿El motivo? La reforma fiscal impulsada por el departamento de Cristóbal Montoro y labajada de algunos impuestos autonómicos. Un cambio mínimo, dado que los trabajadores siguen ‘condenados’ durante seis meses a contribuir con Hacienda, si bien es cierto que se desciende del umbral psicológico del 50%: se pasa de destinar un 50,4% del sueldo a pagar impuestos a un 49,8%. 

Este cómputo se ha realizado a partir de un sueldo medio de 24.400 euros. Así, un trabajador que perciba esta renta destinaría 102 días a pagar las cotizaciones a la Seguridad Social, 38 a pagar el IRPF, 25 el IVA, 11 a impuestos especiales y 5 a otros impuestos. A partir del día 182 se cumple su compromiso con el fisco, tras haber pagado 15.775 euros a la Administración.

Aunque la media española se sitúa en el 1 de julio, todo depende de cada sueldo. Las personas que ganan 15.500 euros, el salario más común en España, se liberaron de financiar el Estado del Bienestar el pasado 8 de junio. Para los que perciben una renta bruta de 40.000 euros ese día se retrasará hasta el 7 de julio.

Los más ricos –100.000 euros anuales- dejarían de pagar el 1 de julio, curiosamente seis días antes de los que ganan hasta 40.000, ya que a partir de un cierto nivel de renta las cotizaciones a la Seguridad Social tienen un tope máximo. En general, el esfuerzo fiscalcrece con el salario bruto, de modo que dista casi un mes entre el Día de la Liberación Fiscal de un mileurista y un trabajador que percibe una renta de 40.000 euros. Si quieres conocer cuándo te liberas de pagar impuestos, Civismo ha lanzado una calculadora personal para ver cómo te afectan las últimas subidas y bajadas de impuestos. 

Los catalanes, los que más impuestos pagan

La fecha no sólo se altera con los ingresos. El día también varía de una comunidad autónoma a otra, con una horquilla de hasta 7 días entre La Rioja, País Vasco y Navarra, las regiones con el menor empeño fiscal, y Cataluña, la que mayores esfuerzos exige a sus ciudadanos. Con la excepción de Canarias, los impuestos más bajos están en el norte del país, territorio que se caracteriza por tener un paro más bajo.

Estas diferencias regionales se traducen en que para un ciudadano medio vivir en Cataluña costaría 7 días más de trabajo al año y 594 euros extra en comparación con un navarro. La ‘culpa’ la tienen el IRPF y el IBI de Barcelona, muy por encima de la media.

En Navarra, País Vasco y La Rioja, la fecha se adelanta al 28 de junio, en gran parte debido a impuestos municipales como el IBI o el Impuesto de Circulación, con menos gravamen que en el resto de España. En definitiva, los contribuyentes de estas comunidades se ahorran en torno a 200 euros al año en impuestos.

Si se compara la situación del trabajador en el marco de la Unión Europea, se concluye que la fiscalidad española grava las rentas medias y bajas por encima del nivel correspondiente. El tipo impositivo que se aplica en España es parecido al de Suecia o Finlandia, pero hay que tener en cuenta que el sueldo medio en estos países es un 70% superior a la renta de un empleado español. Dinamarca, Luxemburgo, Noruega o Irlanda, países con salarios medios superiores al español, gravan las rentas a unos tipos mucho más reducidos.

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