Annus horribilis
31 de diciembre de 2019

El 2019 llega a su fin de la misma forma que comenzó: movidito. Eminentemente, en dos áreas: la política y la economía. En lo político, entramos en 2019 con media España en shock por los resultados obtenidos por Vox en Andalucía y el PP simuló una refundación que al final no fue en la convención nacional más liberal que se recuerda. En el plano económico, las opciones de estrategia parecen haberse reducido a dos. Por un lado, la intervencionista, que aumenta el esfuerzo fiscal de trabajadores y empresas, dificulta la creación de empleo y lastra el crecimiento económico, y la liberal, más respetuosa con la libertad individual y centrada en la creación de riqueza, en lugar de estar obsesionada con su redistribución. Pues bien, hoy, a punto de dar las campanadas, el panorama es bastante similar. Media España sigue en shock (la otra media) a la vista del pacto de investidura que se traen entre manos Sánchez y sus compinches, y esa dicotomía en lo económico se inclina por la opción liberticida, que encuentra su único (y más necesario que nunca) contrapeso en los bastiones autonómicos liberales como Madrid, Andalucía o Murcia.

Este año, que alguna bondad habrá tenido, ha sido en general fatídico; un año en el que las doce plagas que asolaron Egipto, según reza la tradición antiguotestamentaria, parecen haberse ensañado con España. Y así pudiera haber parecido con el azote inmisericorde de una DANA tras otra y la visita de la niña-profeta del ecologismo más sacro, Greta Thunberg. Sin embargo, el peor de los castigos no ha venido del cielo, sino de La Moncloa, pues dos elecciones no han bastado para desalojar al inquilino de tan ilustre residencia. Lo de Pedro Sánchez en verdad es un manual de resistencia. Él ha sido el gatillo o el catalizador de los sucesos más nefastos del año, dependiendo de su participación activa o su intromisión como acelerador de la combustión. Ejemplos de lo primero son el uso de las instituciones del Estado para fines partidistas, como la politización de la justicia en el caso del Procés o de la exhumación de Franco. En cuanto a instancias de lo segundo, destaca la ruptura del centroderecha o que ardiese Cataluña tras la sentencia del Tribunal Supremo.

El lunes se conoció el pacto del PSOE con ERC, y se comunicó el acuerdo con el PNV. A todo esto, EH Bildu ha propuesto a sus bases abstenerse para facilitar el camino al candidato socialista. Claro que sí, ya no falta ni uno sólo de quienes desean liquidar nuestro país. El año que comienza promete, y quienes dicen amar España habrán de trabajar más y mejor, pues, como podemos comprobar, quienes desean romperla no descansan. A más de uno se le atragantarán las uvas esta noche y, por lo pronto, la Noche de Reyes los republicanos darán el golpe. Feliz Nochevieja y próspero (hachazo fiscal mediante) 2020.

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