Al sector turístico no le valdrá con el turista español: los europeos aportan la mayor parte del gasto
7 de junio de 2020

El sector turístico se enfrenta a una dura situación tras la pandemia. Para su reactivación, además de capital, se requiere confianza. Ante las recomendaciones que dan los Gobiernos y la imposibilidad de evitar el contagio con seguridad, los turistas han paralizado todos sus movimientos.

Las pérdidas a nivel global del sector para este año serán de más de 450.000 millones de dólares. En el caso de España y tal como cifra la patronal turística, podrían alcanzar los 92.000 millones de euros.

Para España, el turismo es más de un 13% del PIB. Si tenemos en cuenta todos los servicios auxiliares, así como toda contribución indirecta se dispararía hasta el 25%. Y un 14,7% del empleo. Un pilar estratégico.

El Gobierno quiere que los españoles elijan pasar este verano sus vacaciones sin salir del país, para que todo el capital que se va al exterior a través del consumo en viajes y salidas al extranjero, revierta en los empresarios y trabajadores españoles. Pero ¿hasta qué punto puede esto compensar la situación para el sector turístico?

Solo un 9,8%

En 2018 el 90,2% de los españoles eligieron como destino principal el país. Es decir, de los más de 197 millones de viajes que se efectuaron en el año 2018, 177,3 millones se realizaron con origen y destino España. Al exterior únicamente se realizaron un 9,8% de los viajes.

Ese turismo nacional generó 32.000 millones de euros, mientras que el extranjero generó 71.000 millones de euros. El mayor flujo de ingresos que recibe el sector proviene del turismo extranjero, y de él la mayor parte de otros países europeos, siendo los principales emisores Reino Unido, Alemania, Francia e Italia.

Si este año el 100% de los turistas españoles pasa sus vacaciones -como prevé el Gobierno que hagan- en el país, la cifra podría llegar a representar, en ingresos para el sector, cerca de 35.000 millones. Un 9% más que el año anterior.

Pero hay que tener en cuenta que el coronavirus tiene un mayor impacto en las personas mayores, y que los mayores supusieron el 25% del gasto en turismo doméstico el año pasado (8.000 millones). Si este turismo se reduce a la mitad, podría llegar a unos 4.000 millones.

Si a esto le sumamos la situación de las familias, así como todos los problemas que ha supuesto la paralización de la actividad económica en los niveles de renta, podemos estimar que muchas de esas personas que viajaron el año pasado decidan no hacerlo este año por motivos económicos. Para ello, estimamos un descenso en los ingresos debido a la caída de los niveles de renta y la confianza de los consumidores que podría llegar a suponer una rebaja en los ingresos por valor de 10.000 millones de euros.

Por tanto, si tenemos en cuenta que el ingreso total del turismo doméstico en España, a la vez que le agregamos los ingresos de ese incremento del turismo doméstico ante la petición del Gobierno, podríamos estar hablando de unos ingresos que podrían estar en torno a los 35.000 millones. Ahora bien, si hacemos la diferencia, en base a los 18.000 millones de euros menos que proyectábamos, al descontar las personas en edad adulta, así como los descensos en los niveles de renta, estaríamos hablando de un ingreso que podría llegar a situarse en los 17.000 millones de euros. En este sentido, un descenso respecto al año anterior del -46%; de la misma forma que, en contraste con los ingresos del turismo extranjero, hablaríamos de un 23% de los ingresos.

En conclusión, la petición que el Ejecutivo hace no compensa, ni mucho menos, las pérdidas que ya prevé el sector turístico durante este año. En este sentido, estamos hablando de una petición más formal que técnica, pues sometida a evaluación, no representa ningún alivio para un sector que, además de fundamental para el crecimiento y el empleo, se muestra como uno de los más castigados.

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