Ranking: La libertad económica
24 de marzo de 2023

No me resisto a citar el párrafo que introduce el índice de libertad económica más prestigioso, el Index of Economic Freedom (IEF), que cada año elabora Heritage Foundation. Dice así: “La libertad económica es la libertad del hombre común para controlar su propio destino, disfrutar de los frutos de su trabajo y utilizar plenamente los talentos que Dios le ha dado para el bien«.

Esa libertad, arraigada en la dignidad del espíritu humano, es indispensable para el flore[1]cimiento humano y es el verdadero manantial de la prosperidad económica”. Un preámbulo así, compro[1]metido y con valores, es menos frecuente encontrarlo en una institución, supuestamente liberal, de la esclerótica Europa. En el Viejo Continente los valores y virtudes que fundamentaron la civilización cristiano-occidental se han desvanecido en buena parte, porque la libertad se ha puesto al servicio del egoísmo compartido. Es triste entregar la libertad a cambio de la aparente seguridad que nos concede un Estado hipertrofia[1]do y derrochador, que nos esquilma a tributos. El espectáculo de las manifestaciones en Francia contra el aumento de la edad de jubilación de los 62 a los 64 años refleja un egoísmo brutal, porque supone endeudar a las siguientes generaciones de por vida. Si en los años setenta cotizaban en Francia tres trabajadores en activo por cada jubilado, en 2000, eran dos, y hoy 1,7. Lo peor es que reclamaciones similares abundan en todo Europa y reflejan una irresponsabilidad, que se opone a lo expresado en el prólogo del IEF. La edición 2023 de este Índice, que analiza los indicadores macroeconómicos de 184 países desde el 1 de julio de 2021 hasta el 30 de junio de 2022, revela una economía mundial que, en su conjunto, es “mayoritariamente no libre”. La puntuación ha caído del 60,0 del año anterior al 59,3, el nivel más bajo de las dos últimas décadas. El aumento del déficit y de la deuda pública en muchos países ha socavado el crecimiento de su productividad global y conducirá a una atonía económica inexorable. A pesar de la notable desaceleración de la libertad económica mundial, sigue existiendo una clara relación entre la mejora de la libertad económica y el logro de un mayor dinamismo económico, así como de un mayor bienestar general. Si estudiamos el IEF se aprecia que Singapur, con 83,9 puntos es el país con mayor libertad en el mundo, y por ello el que reúne mejores garantías para emprender. Le sigue Suiza (83,8) que al ser una nación tan peculiar no represen[1]ta un lugar donde inspirarse. El tercer país mejor situado es Ir[1]landa (83,8) que sin duda es la nación europea que mejor lo hace y que debiera de ser la referencia donde aprender para el resto de la Unión Europea. El cuarto país es Taiwán (80.7), cuya democracia está en peligro si Occidente no la protege de la amenaza expansionista de Pekín. Por último, Estonia (78,6) es también un ejemplo tan admirable como el de la verde Éire citada. Si nos fijamos en los cincuenta países más significativos para ser comparados con el nuestro, China (48,3) es el país con menor libertad económica ocupando el lugar 154º entre el total de los 180 de que consta el IEF, le sigue Argentina (51) un país fallido que está en la posición 144, India (52,9) en el lugar 131º, Brasil (53,5) en el 127º) puesto y Rusia (53,8) en el 125º lugar. España (65,0) ocupa el modesto puesto 51º, que es mejor que los de Francia (57º) e Italia (69º). Respecto a los países que han perdido más puntos de libertad en el último año destacan: Grecia (- 4,6), Lituania (-3,6), Chile (- 3,3) y España (-3,2). Quizá el obsesivo intervencionismo del presidente Sánchez tenga mucho que ver.

Publicaciones relacionadas