Pedro Schwartz: «La reformal laboral de Rajoy es muy complicada»
16 de febrero de 2012
Por admin

«La reforma laboral ha resultado ser en exceso complicada y lo ideal es que las normas sean sencillas y claras»

Por J. M. Ceinos

Jurista y economista liberal, Pedro Schwartz Girón (Madrid, 1935) es el presidente del Consejo Económico y Social de la Comunidad de Madrid. Invitado por el Ateneo Jovellanos, ayer estuvo en Gijón para presentar, con una conferencia, su libro «La economía explicada a Zapatero y sus sucesores».

-¿Qué hay que explicarle, según usted, a José Luis Rodríguez Zapatero y a sus sucesores en el Gobierno de la nación? -Lo mismo: que es muy difícil ser presidente del Gobierno de un país que, como en estos momentos, se tiene que ocupar de la economía, sin saber nada. El pobre Zapatero no sabía nada, era muy buen chico, pero un ignorante.

¿Fue esa «ignorancia» de la que habla determinante para llegar a la situación actual? -Claro. En parte, la situación actual se debe a una crisis que hubo en el mundo entero, pero a muchos países no les afectó tanto y otros están saliendo. Nosotros, en cambio, hemos sufrido una crisis especialmente dura, ya que tanto en la situación anterior, cuando no se reformaba, como los remedios que se pusieron, no fueron los adecuados por falta de conocimiento. Antes de decidir, de legislar, habría que tener alguna cultura económica, que en España falta muy a fondo. Ahora estamos aprendiendo una lección muy amarga y aprendiendo muchas cosas de economía sin quererlo; pero no hay duda de que no lo sabíamos.

-¿La política económica de Rodríguez Zapatero es heredera de la que llevó a cabo José María Aznar y, especialmente, en centrar el desarrollo en el sector de la construcción? -Es cierto que hubo un gran desarrollo de la construcción, pero hubo otros muchos sectores que crecieron y, además, son sectores que todavía tienen importancia y están sanos, en especial el de todas las compañías españolas que están en el extranjero, y no todas son grandes. Por ejemplo, Antolín, de Burgos, que primero fue de asientos de automóvil y ahora hacen piezas para motores de aviación… Es decir, dentro de lo que fue la actividad en tiempos de Aznar, hubo mucho que se hizo bien y que se mantiene. En un país, principalmente, no es tanto que un Gobierno decida que hay que hacer esto o aquello, como que el país sepa adaptarse a las nuevas circunstancias, que fue lo que faltó en España y lo que se agravó bajo Zapatero.

-¿Y cómo lo está haciendo Mariano Rajoy? -La dirección creo que es la positiva, las circunstancias financieras y económicas de España y de Europa nos lo fuerzan. Hasta el momento ha iniciado tres grandes medidas: corregir el déficit con la reforma constitucional que el Partido Popular apoyó, el aumento de los ingresos a través de impuestos y la reforma laboral, a la que seguirá la del sector financiero.

-Cuando se suben los impuestos, quien los paga es la clase media, a la que le acaban de decirle que podrá perder su trabajo con una considerable merma de la indemnización por despido. Si la clase media deja de consumir, por miedo al futuro, sin consumo no hay crecimiento… -Una de las cosas que explico en mi libro es que el origen del crecimiento no está en el consumo; el consumo arregla la situación de caja, pero el crecimiento está en la inversión. El consumo es lo que se hace hoy, el crecimiento es lo que se hace para pasado mañana. La gente tiene obsesión de que podríamos crecer si aumentáramos el consumo, que es una obsesión típica de los que miran la contabilidad nacional. Pero para que suba el producto interior bruto de manera constante hay que pensar en invertir en nuevas ideas, en nuevos mercados y no tanto en consumir lo que ya se ha producido. Y segundo, soy muy crítico de la subida de impuestos, creo que desanima la producción y a los emprendedores. Es decir, todo debería haber venido a través del recorte de gastos y no subir los impuestos y, sobre todo, se han subido a la clase media y alta emprendedora. En otras palabras, a la clase media emprendedora y ahorradora se le ha dado por el impuesto sobre la renta, por el impuesto sobre los beneficios del capital y por lo que tiene de edificios y de inmuebles.

-¿Hubiera sido mejor reducir las cotizaciones a la Seguridad Social para impulsar las contrataciones? -Habría que hacerlo a todo el mundo por igual. En caso de aumentar un impuesto tendría que haber sido el IVA, que es inmediato y afecta a todo el mundo cuando consume, pero subir los impuestos no es una buena idea; especialmente, repito, si recae sobre los emprendedores.

-Entonces, no empezó muy bien a gobernar el señor Rajoy… -Empezó bien en el sentido de que ha mostrado una gran responsabilidad, es decir, el Gobierno del PP mostró una gran responsabilidad más de convicción que lo que tuvo que hacer Zapatero cuando vinieron las brujas a la puerta…

-¿Un Gobierno puede gobernar cuando está al albur de la Unión Europea? -Precisamente la Unión Europea nos está pidiendo lo que tiene que hacer el Gobierno.

-¿Perdiendo soberanía? -La hemos usado mal para hacer lo que no debíamos y si hay alguien que nos diga que si seguimos comportándonos mal echamos abajo el euro y tal vez la Unión Europea, nos está dando un buen consejo.

-También acaba de declarar el señor Rosell, patrón de patrones, que la reforma laboral no creará empleo a corto plazo. ¿Qué le parece? -La reforma laboral, en mi opinión, ha resultado ser en exceso complicada, y lo ideal, en cualquier mercado, es que las normas que rijan sean sencillas y claras, y luego uno tome las decisiones. Mire usted, nos encontramos con que con el sistema laboral que hemos elegido, sobre la base que hizo el general Franco, que fue quien dijo lo de los cuarenta y cinco días (de indemnización por despido improcedente), tenemos la necesidad de simplificarlo, pero no es eso lo que se hizo. Además, me temo lo peor durante la discusión parlamentaria.

-¿Qué es lo peor? -Que empiecen a rebajarla.

-Pero el PP tiene mayoría absoluta… -Ya lo veremos. La gente es débil.

-¿Podrá influir la presión en la calle de los sindicatos? -Primero, la huelga general es un tigre de papel. Y segundo, no es tanto la resistencia en la calle como el intentar que los partidos se pongan de acuerdo. La cuestión está en lo siguiente: naturalmente que al final queremos que aumente el empleo, pero hemos hecho un sistema en el cual para defender al trabajador hemos echado a la calle a un cuarto y de los jóvenes a casi la mitad. Si se rebaja la protección lo que puede haber es un cambio de trabajadores: hay trabajadores que tienen mucha protección y hay personas fuera de la empresa, en la calle, sin empleo, que están dispuestas a matarse por trabajar.

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