Las razones por las que España es el país que más empleo destruye y menos puestos de trabajo crea
27 de septiembre de 2020

El empleo y la complicada situación que atraviesan las empresas españolas, reflejadas en los catastróficos pronósticos de recuperación, auguran un aumento en la destrucción de puestos de trabajo y dificultades para muchos negocios. Según el informe realizado por BBVA Research, la situación que atraviesa el mercado laboral español, ante los efectos ocasionados por una crisis como esta, es muy preocupante. Este informe, entre otras conclusiones, arroja más pesimismo para la economía española que para otras economías.

El impacto de la pandemia ha llevado a la economía a destruir cerca de un millón de empleos durante los meses de febrero y mayo. Con estas cifras, España se posiciona como el país que más empleo destruye de toda la Unión Europea. Pues, en solo tres meses, la economía española ha registrado una destrucción similar a la registrada durante toda la crisis de 2008 y que terminó en 2012, que de no haber sido por los ERTE y todas esas herramientas que permitieron hibernar a la economía, hablaríamos de un acoplamiento y una destrucción sustancialmente mayor.

Creación de empleo

Sin embargo, es importante destacar que igual que somos la economía que más empleo destruye, también somos la que menos empleo crea.  Así lo confirman las distintas organizaciones en sus pronósticos, donde se recogen distintos escenarios en los que la economía española podría quedar tras la pandemia.

Ante los datos que vamos conociendo, los organismos se van decantando por escenarios pesimistas que presentan descensos en el PIB del 12%, que a priori, limitaban la caída del PIB al 8%. Todo ello, debido a indicadores que acusan ese descuelgue, así como ese mayor deterioro de nuestra economía. Esto, también lo recoge también en un informe el portal estadístico de la Unión Europea, Eurostat. En este se muestra el ritmo de creación de empleo de las distintas economías de la Unión Europea, así como el número de horas trabajadas en cada una de ellas. Lo que muestran estos datos es que España fue el país de la Unión Europea que registró el mayor descenso en el ritmo de creación de empleo durante todo el segundo trimestre, así como la mayor caída en las horas trabajadas por el impacto de la crisis.

Y es que, en este sentido, para hacernos una idea, hablaríamos de una recuperación del 47% del empleo perdido; pero que, como veremos más adelante, y descontando la estacionalidad, los datos arrojan un triste 17%.

Oscuro futuro laboral

España presenta una extremada vulnerabilidad que resalta las divergencias con el resto de los países. Unas divergencias que se centran en un mercado laboral que, atendiendo a la particularidad de este, como muestra su análisis en la Ley de Okun, presenta una manifiesta necesidad de adoptar cambios que se alejen de esa rigidez que, en 2008, podría haber incrementado los despidos en hasta 1,5 millones de personas.

Esto, tras conocer el último registro de empleo juvenil que sitúa a España, con un 41,7%, como el país europeo con mayor tasa de paro. Así como, el hecho de haber entrado en esta crisis con un paro estructural- con un 14%- que nos sitúa como una de las economías con más paro de Europa, nos obliga a adoptar reformas para, con ello, arreglar un mercado laboral que, a la luz de los datos, se muestra incapaz de relanzar nuestra economía.

No obstante, atendiendo a la Ley de Okun, España, en todos sus territorios, presenta una dificultad agregada que no presentan el resto de las economías. En este sentido, nos estamos refiriendo al peculiar comportamiento del mercado laboral español, que de la misma forma que crea más empleo cuando el crecimiento es sustancialmente elevado, también presenta un comportamiento distinto en momentos de contracción ya que destruye más empleo que otras economías como Francia, Alemania u Holanda, por ejemplo.

Esto se debe a varios factores, entre los que destacamos el perfil del empresario español, la rigidez de nuestro mercado laboral, así como la eleva temporalidad en el empleo, debido al predominio de sectores muy estacionales como el turismo, por ejemplo.

Así, la economía española se enfrenta a un escenario bastante complicado. Las previsiones que arroja el Banco de España hablan de una tasa de desempleo que podría llegar a alcanzar el 25%. Una situación en la que se precisa consenso político, con el objetivo de adoptar dichos cambios.

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