La educación, cuestión de libertad
16 de septiembre de 2018
Por admin

Sorprende que una ministra de Educación provoque un conflicto en su propia cartera. Su intención de modificar el artículo 109.2 de la LOMCE, el que establece que las plazas en los centros públicos y en los concertados dependerán de lo que soliciten los padres, ha crispado a éstos. Las familias, amparadas en el artículo 27.1 de la Constitución, desean que no se vulnere su libertad de elección de centro escolar. La sociedad está harta de la ideologización educativa de algunos políticos, tanto porque supone la violación del derecho de los padres, como porque sus efectos perjudican el aprendizaje.

La política educativa de Suecia pudiera inspirar a la de España: una financiación pública combinada con la libertad de elección de centros privados, de acuerdo a un compromiso institucional que concilie la igualdad colectiva con el derecho individual. Tal como demuestra el informe “Private Choice in the Public Sector”, de Karin Svanborg-Sjövall, el resultado ha sido un éxito, porque la competitividad entre escuelas públicas y privadas ha mejorado los resultados escolares y reducido los costes.

Conviene romper algunos tabús. Gastar más en educación no implica mejorarla. Singapur, que gasta menos que la mayoría de los países, está en la primera posición de PISA, mientras que EEUU, que desde 1980 ha doblado el coste por alumno, se halla en el puesto 25º. En cambio, Corea del Sur se sitúa entre las diez primeras naciones en todas las pruebas, pese a contar con más alumnos por aula. Y si los estudiantes finlandeses son los primeros en lectura y los quintos en ciencias, no se debe a que se pasen el día en el colegio; de hecho, tienen menos horas de clase que sus homólogos de otros países.

Vocento

El ranking de hoy muestra que, en España, los líderes de la enseñanza concertada son País Vasco (48,3%), Baleares (34,4%), Madrid (30,2%), Navarra (30,0%) y La Rioja (29,6%). Por el contrario, las regiones con mayor porcentaje de centros públicos son Castilla-La Mancha (81,4%), Extremadura (80,3%), Canarias (76,5%) y Andalucía (74,8%). Si se hace una correlación entre el porcentaje de colegios concertados y PIB per cápita autonómico, el valor que sale es muy alto: 0,758, lo que significa que las comunidades ricas optan más por este modelo, que, además, cuesta menos a las arcas regionales. Respecto a la enseñanza privada, aquella en la que todo lo pagan las familias, sobresalen Madrid (15,0%) y Canarias (8,4%).

Respecto a las subvenciones por alumno ‘concertado’, destacan País Vasco (3.602 €) y Navarra (3.287 €), quizá porque la enseñanza del euskera exige mayores inversiones. Las plazas concertadas con menos coste son las de Canarias (2.308 €), Extremadura (2.567 €), Andalucía (2.570 €) y Castilla-La Mancha (2.580 €). La correlación entre la subvención por alumno en este régimen y el PIB per cápita es de 0,803, lo que implica que las comunidades ricas subvencionan más a los centros concertados. Al margen de todas estas cifras, tal vez la clave sea que cuando un padre puede elegir el colegio, también se implica más en la educación de sus hijos. 

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