España, como siempre, a la cola de Europa
6 de diciembre de 2020

Esta misma semana conocíamos las perspectivas económicas para la economía española que publica la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). En este informe semestral el organismo multilateral subrayaba el gran problema que representan los rebrotes en esta nueva oleada para determinadas economías que, como la española, acusan un mayor deterioro en el contraste con otras economías similares.

Economías que por diversos factores, presentan una menor resiliencia en lo que a contención de la crisis se refiere. Aunque esta crisis, como ya han anunciado numerosos analistas y compañeros economistas, será más leve que la de 2008, sí se observa un claro descuelgue en la representación gráfica que muestra la recuperación de la economía española, en relación con otras economías homólogas.

Pues, como afirma el propio organismo, España es la economía que más deterioro presenta en su economía. Un deterioro provocado por esa mayor incidencia del virus, en adición a unas vulnerabilidades estructurales con las que ya contaba antes, incluso, de vernos inmersos en la crisis que hoy nos acecha.

Así pues, este informe nos muestra que la caída esperada para este año es la mayor caída que -por detrás de la economía de Argentina- experimentará una economía durante esta crisis. En esta línea, hablamos de una contracción notablemente superior a la registrada por Alemania, del -5,5%, y superando, de igual manera, a otras economías como Italia (-9,1%), Francia (-9,1%), Portugal (-8%) o Grecia (-10,1%).

De acuerdo con el informe, hablamos de una contracción del -11,6%, con crecimientos más débiles en los próximos años, muy en la línea de lo esperado en un escenario en el que se están activando todos esos riesgos que condicionaban nuestra recuperación. Pero debemos saber que lo ocurrido y lo que muestran las perspectivas eran escenarios, a priori, contemplados por muchos economistas.

Proyecciones de crecimiento pesimistas

Desde Fundación Civismo, las proyecciones sobre el comportamiento de la economía española -en adición a los nuevos sucesos y las declaraciones emitidas desde los principales organismos económicos a nivel global- eran bastante más pesimistas en comparación con la visión que tenía el Gobierno. Un pesimismo al que también se suma el think tank económico Funcas, que estima una mayor contracción de lo esperado.

En este contexto, el Fondo Monetario Internacional (FMI), así como la OCDE, también avisaba sobre la posibilidad de que dicha situación se diese en nuestro país. De acuerdo con el FMI, la economía española se enfrentaba a muchos riesgos en el horizonte que, de activarse estos, podrían poner en peligro el comportamiento esperado de la economía española, acusando un deterioro mayor del previsto.

La OCDE, antes de emitir los nuevos pronósticos, clarificaba que de darse rebrotes, la economía española era la más potencialmente afectada del conjunto de economías que integran dicho organismo.Sin embargo, el cuadro macroeconómico en el que se basa el Gobierno, el mismo por el que le reprochaba el presidente del Banco de España en la presentación de la propuesta de Presupuestos Generales del Estado para 2021, sigue contemplando un futuro más optimista que el previsto por los principales organismos.

Un optimismo del que incluso avisaba hace unas semanas Bruselas. Pues, hablamos de una recuperación de la economía española que, mientras el Gobierno la contempla para el año 2021, otros organismos como la OCDE, la hacen previsiones para un horizonte más lejano -2023-; un horizonte que nos hace recordar esa recuperación más tardía que, en crisis anteriores y de igual manera, experimentaba España.

En resumen, y salvaguardando el buen comportamiento del empleo durante el mes de noviembre, así como un comportamiento más irregular en lo que a nuestro tejido productivo se refiere, la economía española sigue mostrando un comportamiento que preocupa bastante.

Además, debemos saber que caer en la autocomplacencia, en un escenario en el que la Navidad prevé dejar registros insólitos:un tejido productivo que sigue deteriorándose a pasos agigantados, una debilidad de la demanda mucho mayor de lo esperado y una actividad económica que vuelve a rozar mínimos de hace meses. Es un error que España no puede permitirse.

Golpe al empleo

Una situación de partida que ya era bastante delicada con un fondo de maniobra inexistente para aplicar políticas contracíclicas, a lo que se suma un paro estructural del 16%, así como un paro juvenil que asciende por encima del 40%. Y las previsiones no mejoran con un déficit que espera situarse por encima del 11%, y una deuda que puede ascender hasta alcanzar el 120% del PIB.

Por tanto, con una situación tan deteriorada como la que presenta la economía española, y con unos retos de grandes dimensiones que debe afrontar dicha economía en los próximos meses, es hora de afrontar la realidad y ponernos a trabajar. Para España recuperar la economía no es una opción.

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