España carece de medidas ante la vulnerabilidad de su economía
9 de marzo de 2020

España, ante el escenario que se presenta con el coronavirus, se ha olvidado por completo de la economía. La economía española en estos momentos se encuentra inmersa en un proceso de contención de una epidemia, la cual no se está controlando -al menos, si a cálculo de los posibles costes de la epidemia se refiere-. El número de afectados en España sigue “in crescendo”, a la vez que se incrementan los riesgos del posible contagio en la economía.

La economía europea, ante el escenario vigente, está tratando de poner remedio ante la imposibilidad de aplicar medidas de contención derivadas de la política monetaria. El escaso margen de maniobra que presenta el organismo comunitario impide a la economía europea el adoptar medidas similares a las adoptadas por otros países como Estados Unidos. Una situación que, por otro lado, debería llevarnos ya no solo a pensar en la problemática de postergar una retirada de tipos bajos que aumente el margen de maniobra, sino también a la toma de decisiones propias por parte del Gobierno.

Sin embargo, estas medidas, pese a las promesas de Sánchez, siguen sin llegar. Y es que, mientras que en Europa ya ha comenzado con la aplicación de medidas por parte de los respectivos gobiernos de los países que integran el bloque comunitario, en España la situación sigue siendo, incluso, una irrelevancia. O al menos así es como lo han reflejado nuestros políticos, que siguen más pendientes de politizar el movimiento feminista que de contener el brote vírico.

Una situación que no está generando el sosiego de los inversores y organismos, y especialmente tiene preocupado al Fondo Monetario Internacional (FMI). Pues, aunque el Gobierno siga sin pronunciarse, el organismo multilateral ya ha instado a los gobiernos a adoptar medidas fiscales, financieras, así como monetarias, que traten de frenar los impactos que está generando el Coronavirus en la economía mundial. Unos impactos que están generando grandes pérdidas en determinados sectores.

Y es que, la OCDE ya volvía a reajustar sus previsiones de crecimiento para el PIB mundial esta misma semana. Mientras las previsiones arrojaban un crecimiento cercano al 2% para el ejercicio 2020, finalmente, ante el reajuste sufrido por el descuento del impacto del coronavirus, se ha fijado en el 1,4%. Una rebaja en los crecimientos que, aun así, sigue sin ser definitiva; pues la situación es todavía muy impredecible.

La extensión del brote vírico en estos momentos está afectando cada vez a más personas. Esto ha suscitado la preocupación del organismo, ante la posibilidad de que los efectos del coronavirus puedan dañar la economía en un momento en el que el ciclo expansivo, como veníamos viendo durante el año pasado, se está agotando. Y es que, pese a la posible desaparición en el futuro del coronavirus, la moderación en las economías era una clara evidencia.

Por esta razón, el Fondo Monetario Internacional está solicitando la actuación de los gobiernos. La pérdida de puestos de empleo, el cierre de empresas, así como todos los efectos dañinos del brote para la economía que acaben con un trágico desenlace, desgraciadamente no hallarán la paz tras el epidemia. La desaceleración de la economía podría consolidar las pérdidas ocasionadas por el Coronavirus, convirtiendo en permanentes los efectos dañinos sobre la economía.

Para hacernos una idea, el detonante que ha provocado el cierre de, por ejemplo, la aerolínea FLybe, la aerolínea de viajes regionales más importante de Europa, ha sido el coronavirus. Esto ha provocado el despido de más de 2.000 personas, que en estos momentos se encuentran en situación de desempleo y a la espera de cerrar un trágico episodio para la historia de las aerolíneas en Gran Bretaña. Una situación que, en estos momentos, no encontrará consuelo en la contención del coronavirus, pues los efectos ocasionados, en estos momentos y por desgracia, son ya irremediables.

Sin embargo, aún hay muchísimas empresas que pese a no haber quebrado se encuentran en una dura situación. Especialmente las del sector industrial y las del turismo. Unas empresas que en el caso del sector turístico podrían consolidar pérdidas por valor de 70.000 millones de dólares a nivel mundial. Y hablamos solo de turismo, pues si hablamos del sector aéreo, las pérdidas podrían oscilar entre los 63.000 millones de dólares y los 113.000 millones de dólares.

Esta situación deja una clara preocupación al organismo, pues ante tales pérdidas, muchas empresas del sector podrían verse claramente perjudicadas. También las del sector industrial. De acuerdo con la Organización Mundial del Comercio (OMC), las pérdidas del comercio, en contraste con el mes de enero, se cifran en los 50.000 millones de dólares. Esto producido por la incapacidad de mantener la normalidad en los flujos de comercio, los cuales ya se encontraban lastrados por los efectos derivados de la guerra comercial.

En resumen, el Fondo Monetario Internacional está solicitando a los distintos gobiernos que tomen medidas. Unas medidas que irán enfocadas a esa contención de los posibles efectos dañinos para la economía, pero que, por otra parte, conlleve esa garantía para contener unas pérdidas que, ante el escenario económico y como decíamos, podrían ser irremediables en el fin de la tempestad. Ahora la pelota está en el tejado de los políticos; unos políticos entre los que no parece encontrarse el Presidente del Gobierno de España.

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