El sector turístico se levanta contra el Gobierno
25 de mayo de 2020

Ante unas polémicas declaraciones del ministro de consumo del Gobierno de España, Alberto Garzón, el turismo español se ha levantado contra el Ejecutivo de Pedro Sánchez. Tras unas afirmaciones que, pese a que fueron rectificadas, criticaban un escaso valor añadido en el sector turístico español, los empresarios de dicho sector reclamaban explicaciones a Garzón, expresando su desagrado, tanto por la afirmación como por la obsesión de una formación como Podemos de acabar con el sector turístico español.

Estas críticas desconciertan a los empresarios turísticos, que no logran explicarse el hecho de que un país que, tras la crisis de 2008, se ha convertido en la segunda potencia turística del mundo, puede considerar fallido su modelo turístico. El turismo se ha convertido en un pilar de vital importancia para la economía española. Los empresarios no muestran simpatía con un Gobierno que trata de restar valor a un sector que, de alguna manera, sostiene una cuarta parte de la economía española.

Con datos del Foro Económico Mundial (WEB), España se había convertido en un gran reclamo para los turistas internacionales. Desde 2015 el WEF ha posicionado a España como el país más competitivo del mundo en el sector turístico. Con una medición desglosada, en base a unas variables como las infraestructuras, el entorno, las condiciones que presenta el sector, así como una relación de variables que integra el modelo que proyecta dicho ranking, España se muestra, por cinco años consecutivos, como el país con el sector turístico más competitivo.

El turismo tiene un peso del 14% del PIB pero si se cuentan los servicios auxiliares de dicho sector la contribución -directa e indirecta- podría ascender al 25% del PIB. Es decir, que el sector turístico no solo es importante para nuestra economía, sino que es vital.

El sector turístico, desde el año 2013, ha sido el responsable de generar el 20% de todo el empleo de nueva creación generado en el planeta. Si cogemos la población activa del mundo, uno de cada diez empleados que se encuentran trabajando lo hacen de forma directa en el sector turístico. En España, la contribución asciende hasta el 14,7%.

Es cierto que el sector turístico en España presenta graves carencias, pero siempre ha sabido adaptarse muy bien a los escenarios. Su temporalidad (32%) lleva al sector a presentar una mayor adaptación en momentos donde la economía puede sufrir diversos shocks como el actual. Su facilidad para adaptar las plantillas y la capacidad de moldearlas con el objetivo de adaptarse fácilmente a la coyuntura macro y microeconómica, aunque se muestre en contraposición de un empleo de gran calidad, le dota de capacidad para optimizar sus recursos y mostrarse más robusto que otros sectores.

España presenta una serie de reclamos que, como Madrid, ofrecen un gran turismo de valor añadido, con propuestas de turismo científico, cultural, patrimonial, entre otros. Sí es cierto que hay algunas comunidades como Baleares y Canarias que, debido a la escasa diversificación, presentan estructuras económicas complejas que les han llevado a depender íntegramente de dicho sector.

España debe seguir trabajando en la mejora de su sector turístico, así como el perfeccionamiento de dicho sector. No debemos caer en el error que cometen algunos, generando dicotomías inexistentes entre la industria y el sector turístico. Una economía desarrollada como España puede y debe potenciar ambos modelos productivos.

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