El paro en Europa… y en España
13 de marzo de 2023

Por una parte, las cifras indican que el desempleo aumentó en el último mes; pero es cierto también que las comparaciones con meses de febrero de años anteriores muestran que tal crecimiento no ha sido significativo.

Creo que no merece la pena dedicar mucho tiempo a debatir sobre estos datos, que no son especialmente relevantes a la hora de analizar el desempleo en nuestro país. Y me sorprende que los economistas no estemos, en cambio, haciendo mayores esfuerzos para explicar dos cuestiones realmente importantes en relación con el actual mercado de trabajo. La primera, lo bien que se está comportando en algunas naciones europeas a pesar de las modestas tasas de crecimiento esperadas para este 2023. La segunda, las elevadas cifras de desempleo de la economía española en este contexto internacional positivo.

La Unión Europea cerró 2022 con una tasa media de paro del 6,1 %, ligeramente inferior a la de la zona euro, que alcanzó un 6,6 %. Pero, si desagregamos estos datos por países, vemos que algunas de las principales economías del continente han mantenido niveles de desempleo realmente reducidos. Alemania cerró el ejercicio pasado con una tasa de paro de sólo el 2,9%. Y otros miembros de la UE obtuvieron también buenos resultados. Por debajo del 4% estuvieron Chequia (con un llamativo 2,3%), Países Bajos, Malta y Noruega. Y con tasas inferiores al 5%, Dinamarca, Irlanda, Luxemburgo, Eslovenia y Bulgaria. Es decir, bastantes economías quedaron por debajo de lo que hace unos años se consideraban tasas de paro difícilmente alcanzables en economías que no se encontraran en una fase de crecimiento sólido.

No es fácil encontrar un único factor determinante de estos buenos resultados. Es cierto que las estimaciones de crecimiento han mejorado y ya se considera poco probable que haya recesión en Europa, con la excepción, tal vez, de Reino Unido. Pero esto no significa que el crecimiento vaya a ser elevado. De hecho, las predicciones del Fondo Monetario Internacional son de un aumento del PIB para la zona euro del 0,7 % en 2023; y la cifra cae al 0,1% en el caso de Alemania.

Una hipótesis que convendría analizar es el posible efecto de la caída de los salarios reales en el mantenimiento de unas tasas de empleo tan elevadas. De acuerdo con los datos de Statista, Chequia –la nación, como hemos visto, con la menor tasa de paro de la Unión Europea– experimentó la mayor reducción de salarios reales: el 8,9% en el período comprendido entre el tercer trimestre de 2021 y el tercer trimestre de 2022. Y en Alemania el descenso fue también importante: el 4,3% en este mismo período.

Salarios monetarios

Con estos datos, una pregunta necesaria es por qué no han subido más los salarios monetarios. Y la respuesta más razonable es que, en procesos de inflación no esperada por la mayor parte de los agentes económicos, como la que ahora padecemos, los ajustes de los precios se producen a ritmos diferentes. Y, en este caso, los salarios monetarios se han retrasado claramente frente a las subidas de los precios de otros bienes y servicios; lo cual ha sucedido también, por cierto, con la remuneración de los capitales en préstamo. Hay que esperar, en el futuro próximo, que los salarios suban de manera significativa en economías que se encuentran prácticamente en pleno empleo. Pero necesitamos estudios más precisos que nos confirmen si la disminución de los salarios reales ha sido una de las razones más importantes por las que las cifras de desempleo sean tan buenas en algunos países.

La situación del mercado de trabajo en España es mucho peor, sin duda. Sin entrar en el “maquillaje” al que se han sometido recientemente a las cifras del paro con los trabajadores fijos-discontinuos, el dato es que nuestra economía cerró 2022 con la mayor tasa de desempleo de Europa, el 13,1%. Lo malo no es sólo que ocupemos de nuevo tan poco encomiable lugar en este ránking. Peor aún es, si cabe, el dato comparado. Nuestra tasa de paro es más del doble que la de la Unión Europea; y más de cuatro veces la de Alemania. Y esto en unos momentos en que España va a crecer previsiblemente algo más que la media de la zona euro (1,1% frente a 0,7%); y los salarios reales han disminuido incluso más que en Alemania (el 5,4%), siendo, según Statista, el segundo país de la OCDE con mayor reducción de salarios reales. La combinación de estos tres datos es, sin duda, preocupante: la mayor tasa de paro de Europa, de forma sostenida; una tasa de crecimiento del PIB por encima de la media y una fuerte caída de los salarios reales al mismo tiempo.

Es evidente que hay muchas cosas que no funcionan bien en el mercado de trabajo español; y nada indica que la política económica que se está aplicando vaya a contribuir a mejorar las cosas. Estos son los problemas importantes a discutir, no la interpretación de unos datos mensuales que, por sí mismos, poco significan.

Nuestra tasa de paro es más del doble que la de la UE, y más de cuatro veces la de Alemania

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