El FMI tumba las previsiones del Gobierno de España
18 de octubre de 2020

Nadando en un mar de indicadores, extraer la realidad que atraviesa la economía española, y conocer si esta se está recuperando o no, se ha convertido en todo un enigma para los propios economistas. En España, la clase política en el poder utiliza indicadores- como el PMI manufacturero o el empleo en determinados sectores- que presentan un mayor optimismo sobre la recuperación española, sin embargo, no todos los indicadores reflejan dicha realidad.

Y es que, atendiendo a indicadores como el indicador compuesto de la OCDE, así como otra serie de indicadores que tratan de medir la evolución de la economía española, se observa un claro descuelgue de la economía española en la recuperación que preocupa a nuestros socios europeos.

Tanto es así que, esta semana, el Fondo Monetario Internacional (FMI) constataba dicho descuelgue, en la actualización del informe WEO para el mes de septiembre.

De acuerdo con la actualización de las perspectivas que nos ofrece el informe WEO, los datos que publica el organismo muestran cómo España prevé protagonizar la recesión más profunda de todas las economías avanzadas con una contracción del 12,8% este año.

Ante estos datos debo decir “prevé” por el simple hecho de que los riesgos en el horizonte, como también avisaba el Banco de España, nos impiden descartar posibles escenarios contrafácticos con contracciones más acusadas.

La economía española, pese a mostrar una reactivación en determinados indicadores, registra una situación muy delicada. Sin embargo, debemos saber que ya no es tan importante dicha contracción económica, si no tenemos en cuenta lo realmente importante de esta situación.

Mayor endeudamiento

La economía española entró en esta crisis con un déficit público que, tras la auditoría europea, quedó al borde del límite establecido en los Pactos de Estabilidad y Crecimiento (PEC) acordados en sede comunitaria. En los años previos, España, ha estado utilizando el endeudamiento como mecanismo para incrementar el gasto público y crecer, en tanto en cuanto iban reduciendo su endeudamiento países como Alemania u Holanda.

En esta línea, preocupa el hecho de que dicha situación, está llevándonos a escenarios en los que el desempleo, sufrirá un notable incremento que- teniendo en cuenta el paro estructural que ya presenta el país- nos deja en una difícil encrucijada, con un deterioro que ensanchará todas las vulnerabilidades que ya presentaba la economía española.

En este sentido, los datos que ofrece el FMI auguran que el déficit público español se disparará este ejercicio hasta el 14,1% del PIB, un nivel récord y por encima del 11,3% que prevé el Gobierno en su cuadro macroeconómica. En los que respecta a la deuda pública, esta se incrementará hasta el 123% del PIB, como consecuencia de las medidas adoptadas frente a la pandemia del covid-19.

Según las cifras que ofrece el FMI, el déficit va a escalar 11,3 puntos del PIB en un año y la deuda lo hará en 27,5. Estos datos colocan a la economía española, entre los países que mayor factura van a tener que pagar frente a la crisis sanitaria, lo que preocupa al propio organismo.

Con una escalada de la tasa de desempleo durante este ejercicio que podría encontrar su límite máximo en el 16,8%, manteniéndose en ese mismo nivel en 2021. En resumen, unos desequilibrios que requerirán de mucho esfuerzo para reducirlos progresivamente.

En conclusión, nos hemos centrado en recuperar la economía, teniendo como punto de partida la situación que presentaba el país antes de la pandemia. Sin embargo, no nos hemos parado a pensar que dicha situación, no es la situación que requiere España para recuperarse.

En este mismo sentido, es importante no dejarse llevar por indicadores que afirman la reapertura de sectores como la industria, cayendo en la autocomplacencia cuando la economía española, que presenta un gran deterioro por una dependencia del sector servicios que no cesará hasta controlar la incidencia del virus.

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