Y perdónanos nuestras deudas
21 de diciembre de 2017
Por admin

En Madrid, a 12 de diciembre de 2017, comparece Miquel Iceta, de profesión la política. Debe responder a los cargos que contra él presenta el Ministerio Fiscal, que lo acusa de estar intentando sacar dinero a la mayor parte de los contribuyentes españoles con las agravantes de oportunismo electoral e irresponsabilidad. Resultando que el acusado se presenta como candidato a las elecciones autonómicas de Cataluña y se postula para presidir el Gobierno regional, cosa que parece que ya ha hecho varias veces y sin éxito por el momento; lo que podría explicar que en estas elecciones esté dispuesto a cualquier cosa para que le den el cargo. Resultando que, decidido a conseguir votos a cualquier precio (sobre todo si ese precio no tiene que pagarlo él), ha propuesto la condonación parcial de la deuda que su comunidad autónoma tiene con el Estado, con el curioso argumento de que tal deuda se debe a que las regiones españolas han realizado un «esfuerzo excesivo» por la «injusta reducción del déficit» pedida por el Gobierno nacional.

Considerando que, tras reflexionar ampliamente sobre el tema, los magistrados que forman esta Sala no consiguen entender cómo es posible que el crecimiento de la deuda autonómica esté relacionado con el supuesto esfuerzo excesivo para reducir el déficit, ya que, si tal hecho realmente se hubiera producido, las comunidades se encontrarían con una deuda pública más reducida, lo que es evidente que no ha sucedido. Considerando que la condonación de la deuda que el acusado propone tendría efectos indeseables que hacen que la medida sea no solo rechazable, sino también plenamente irresponsable Considerando que el primer efecto de la condonación sería que los contribuyentes del resto de España tendrían que transferir de forma coactiva una parte de sus ingresos a Cataluña, ya que serían ellos los que realmente pagarían la parte de la deuda perdonada. Considerando que, ante las crí- ticas que han llovido al señor Iceta desde numerosas regiones del país, algún defensor de la propuesta ha sugerido que lo que en realidad debería hacerse es condonar una parte de la deuda de todas las comunidades autónomas españolas. Pero si la quita fuera, en términos per càpita, diferente en las diversas regiones, la transferencia de fondos seguiría produciéndose; y si fuera igual para todos, lo que ocurriría sería un traspaso de recursos del Estado a las comunidades autónomas, cuya conveniencia podría discutirse, ciertamente; pero no parece que la forma más adecuada de hacerlo sea precisamente plantear una quita que beneficie a una región específica.

Considerando que una quita parcial generaría un serio problema de riesgo moral, ya que crearía incentivos claros para que los gobernantes autonómicos adoptaran en el futuro la estrategia de aumentar lo más posible el endeudamiento de su comunidad, en la confianza de que algún día habrá una nueva condonación y no tendrán que pagar la totalidad de su deuda. Considerando que varios de los magistrados que forman esta Sala están pensando, en el caso de que la medida propuesta por Iceta se aprobara, pedir a sus bancos una quita parcial de su préstamo hipotecario, con el argumento de que así se corregiría una situación injusta y, además, mejorarían las relaciones entre el banco y sus clientes, que no siempre son tan cordiales como a unos y a otros les gustaría. Considerando que es cierto que la quita parcial de deudas del sector público no es algo nuevo en el ámbito internacional, ya que tales condonaciones son habituales en los procesos de reestructuración de deuda; pero hay que decir que este procedimiento suele aplicarse bien a países con un nivel de desarrollo muy bajo, bien a países totalmente arruinados, circunstancias que, al menos por el momento, no parecen darse en Cataluña. Este Tribunal condena al acusado a la pena de un año, un mes y un día de prisión y al pago de una multa con la que Iceta podrá ayudar a reducir la cuantía de la deuda de Cataluña. Y la Sala confía en que, cada vez que le deduzcan de su sueldo esta contribución, Iceta experimentará una justificada satisfacción, ya que su sacrificio, pleno de espíritu cívico y de amor a su tierra, quedará manifiesto a los ojos de todos. 

Publicaciones relacionadas